Consejos para alimentar el talento y la autoestima de los niños

Consejos para alimentar el talento y la autoestima de los niños

Escrito por: Maite Nicuesa    9 agosto 2022     3 minutos

Es posible alimentar el talento infantil y potenciar el ego en los niños, por el contrario, es recomendable fortalecer la autoestima, la humildad y el amor propio

Existen diferentes formas de potenciar el talento. En ocasiones el proceso se distancia del camino deseado. Así ocurre cuando eleva el ego y la vanidad infantil. Por el contrario, la visión constructiva del talento es aquella que crece sobre los cimientos de una autoestima sólida. En definitiva, son dos términos que están muy vinculados en la práctica. Por ello, en El Blog Infantil compartimos seis consejos para alimentar el talento y la autoestima de los peques.

1. Apoyar el desarrollo personal de los niños

Cada niño posee habilidades e intereses que va descubriendo a lo largo de su existencia. Es recomendable que el entorno facilite la realización de actividades que conectan con el gusto personal. De este modo, a través de la experimentación, el ser humano identifica su verdadera vocación y otros ámbitos que le hacen feliz.

2. Elogiar sin comparar

Existen elogios que ponen el acento en la perspectiva de la comparación con los demás. De este modo, se alimenta el ego infantil. Sin embargo, es posible potenciar el refuerzo positivo, valorar la creatividad infantil y felicitar de forma sincera sin caer en la trampa de un error que daña la autoestima y el amor propio. Además, los mensajes que alimentan el talento desde la comparación también propician la rivalidad y la envidia.

Alimentar El Talento Y La Autoestima Infantil

3. Fomentar la admiración

Cada niño posee su propio talento. Previamente hemos indicado que es recomendable no fomentar los mensajes que se centran en la comparación. Por el contrario, sí es positivo educar en el valor de la admiración y el reconocimiento hacia las capacidades de otras personas. El ejemplo de los demás puede convertirse en una fuente de inspiración, superación personal, evolución y aprendizaje.

4. No condicionar el talento a los resultados alcanzados

Es habitual vincular el éxito con la idea de un triunfo a largo plazo que se materializa en el desarrollo profesional en la etapa adulta. Esa noción de triunfo comienza a visibilizarse en la infancia y en la adolescencia por medio del logro de objetivos relevantes. Sin embargo, el talento no está determinado por la obtención de frutos inmediatos analizados desde la productividad.

Lo verdaderamente importante es alinear el desarrollo del talento personal con la alegría y la felicidad. Por ello, es recomendable no expresar mensajes recurrentes que hagan referencia a un futuro lleno de oportunidades. Recuerda que lo más importante es educar en el valor del presente consciente.

5. Educar en la importancia de compartir el talento

El talento siempre crece y evoluciona cuando se comparte. Por tanto, es un bien que trasciende más allá de la realidad individual del ser humano. Cuando el talento se alimenta con mensajes que también elevan el ego, la persona quiere guardar para sí misma ese bien tan preciado. Por el contrario, cuando talento y autoestima mantienen su equilibrio, el niño desarrolla la generosidad emocional.

Alimentar El Talento Y La Autoestima De Los Peques

6. Formación del talento

Aunque una parte del talento pueda llegar a analizarse como si fuese innato, en realidad, su verdadero potencial está directamente vinculado con el aprendizaje y la formación. De este modo, la constancia, la experiencia y la preparación son esenciales para lograr nuevos objetivos.

Por otra parte, es recomendable motivar a los niños para que descubran nuevas aficiones, es decir, para que no se estanquen en la aparente seguridad que sienten cuando realizan actividades en las que destacan por su talento. El miedo al error en otros ámbitos limita de forma significativa la capacidad de descubrimiento. Y esa variable también influye en la autoestima durante la etapa de crecimiento. Además, conviene recordar que todo ser humano tiene un valor que va más allá de su talento. Es decir, su esencia no se reduce a este aspecto.


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