Decoración: 6 razones para integrar una zona de juegos en el salón
Es importante que los niños disfruten de un espacio de juegos en casa que está específicamente diseñado para potenciar el descubrimiento y el entretenimiento. Con frecuencia, este ambiente se ubica dentro de otras estancias de la vivienda como el dormitorio o el salón. ¿Qué ventajas aporta esta última opción? En Uno más en la Familia compartimos varios aspectos positivos.
1. El salón es una habitación versátil y multifuncional
Generalmente, el salón es la estancia que tiene más vida en el hogar. Aunque la zona de estar representa el punto focal de la habitación, existen otras áreas que pueden integrarse en el contexto para alinear la decoración con las necesidades de los distintos miembros de la familia.
2. Espacio de reunión y bienvenida
El salón no solo es un entorno de encuentro cotidiano, sino que también es el espacio perfecto para dar la bienvenida a las visitas. La presencia en un mismo lugar une a diferentes miembros de la familia. Es decir, las vivencias compartidas en torno a un mismo escenario fortalecen los lazos con los seres queridos. El niño posee su propio espacio en la estancia y puede compartirlo con sus primos.
3. Espacios diferenciados con mucho significado
La clave en la decoración de cualquier estancia que integra varios ambientes complementarios es que exista una perfecta diferenciación en las partes que la componen. La zona de juegos es un rincón que aporta un mayor dinamismo a la decoración del salón de una familia con niños porque se adapta a sus necesidades actuales.
4. Acompañar al niño durante el tiempo de juegos
Es importante que el niño disfrute de un entorno plenamente cómodo y seguro. Y la presencia de un adulto es clave para realizar un seguimiento del proceso cuando todavía es muy pequeño. Pues bien, el salón ofrece una ubicación estratégica puesto que une a padres e hijos en la vida cotidiana. Un rincón de juegos en el salón aporta cercanía y proximidad porque está perfectamente conectado con la zona de estar o, incluso, con un pequeño despacho que se enmarca en el salón.
5. Decoración emocional
El lenguaje decorativo posee un valor emocional. Es decir, cuenta una historia. Así ocurre cuando una estancia ofrece información clave a través de su estructura, distribución y estilo. El juego es un alimento de la felicidad y no solo durante la infancia. Con frecuencia, el salón posee la amplitud deseada para integrar un pequeño rincón que resulta especialmente práctico en la vida familiar.
6. El contexto perfecto para los fines de semana de otoño e invierno
La sencillez de los planes caseros tiene una belleza especial en días de lluvia, en la temporada de otoño o durante el invierno. Es entonces cuando el salón se llena de vida y se transforma en un refugio de diversión, entretenimiento y descubrimiento. La decoración de una zona de juegos se convierte en el recuerdo visual de un mensaje importante: jugar es una necesidad básica y esencial durante la infancia. Y la presencia de un pequeño rincón de ocio en el salón puede ayudar a reducir el nivel de protagonismo que la televisión tiene en la estancia.
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