Dejar el pañal no es fácil (I)
Como ya te he contado en artículos anterioes, el hecho de sacarle el pañal a nuestro hijo es todo un acontecimiento y una etapa dentro de su desarrollo muy importante. Para sacarle el pañal a un niño no puede ser una decisión unilateral, sino que debe ser compartida entre los padres y el chico. El pequeño no puede ser tratado como un títere, tiene que ser consultado y el debe dar su consentimiento. Porque, en definitiva, es él quien decide en último término si controlarse o no controlarse. Cambiar el hábito de hacer sus necesidades dónde y cómo le surge implica toda una novedad y un esfuerzo. Y eso sin contar con que no todos los chicos están fisiológicamente preparados para este acontecimiento a la misma edad.
Para saber cual es el mejor momento el niño te dará algunas pistas en las que debes prestar atención: que el pequeño indique cuándo puede ser el momento adecuado, que el chico empiece a comprender palabras como ‘ahora’ y ‘después’ (para poder avisar a tiempo cuando quiera hacerlo) y que nombre sus excrementos como ‘pis’ o ‘caca’. También es positivo que muestre incomodidad cuando esté mojado, que le moleste el pañal, que quiera sacárselo, o que avise cuando esté mojado para que lo también.
El mejor método es hablarlo con el chico: ‘¿Te saco los pañales para hacer pis y caca en la pelela como un chico grande?’ Si no quiere, hay que dejarlo para más adelante, aunque conviene empezar antes del tercer cumpleaños. Si el chico está de acuerdo, pero no pide por sí mismo la pelela se lo puede sentar en ella, sólo si lo acepta, algunas veces al día (de dos a cuatro) y no tenelo mucho tiempo en caso de que no haga nada. Hay que ser afectuosos y persuasivos, y tener paciencia, ya que en una primera etapa seguramente habrá ‘accidentes’ e incluso retrocesos.
Fuente | Ser Padres Hoy