Familias con hijos: 5 consejos para cultivar el valor de la intimidad

La intimidad es un valor fundamental en el ámbito familiar. Un valor que, además, puede convertirse en objeto de reflexión y análisis por parte de padres y madres puesto que, en el contexto actual, sus límites parecen haberse desdibujado ante la tendencia de compartir imágenes de los menores en redes sociales. Sin tener en cuenta que cuando se comparte una imagen, se pierde el poder sobre ella. ¿Cómo cultivar el valor de la intimidad en el ámbito familiar?
1. Recuperar el arte del diálogo y la conversación
En aquellos hogares en los que la incomunicación y los silencios son habituales, conviene poner atención en dos ingredientes esenciales: la conversación y el diálogo crean una intimidad compartida desde el punto de vista emocional. Es decir, a través de la palabra y el encuentro mutuo, surge una conexión que alcanza un sentido profundo a través de vivencias que giran en torno al “nosotros”.
2. Entender la relación entre lo digital y lo presencial
La intimidad en el ámbito digital es tan relevante como en el mundo real. Sencillamente, porque aquello que ocurre en el ámbito digital también es real y puede impactar de forma positiva o negativa a una persona. No solo los centros educativos pueden guiar a los alumnos en la formación en torno a conceptos fundamentales como la seguridad digital, las competencias tecnológicas o la privacidad. Es aconsejable que los padres también se informen sobre cuestiones que afectan directamente a sus hijos por el contexto generacional en el que han crecido.
3. Crear un verdadero hogar
La intimidad se nutre con el poder de la seguridad emocional. Por ello, es aconsejable crear un verdadero hogar a través de factores que van más allá de la decoración, la distribución de una estancia o los detalles. Un auténtico hogar, de hecho, representa un entorno de seguridad e intimidad. Por ello, también tiene una dimensión emocional que se manifiesta a través de la construcción de un clima agradable.
4. Respetar la intimidad de otras personas
Es posible transmitir el valor de la intimidad por medio de un comportamiento responsable. Por ejemplo, si un familiar o un amigo comparte una información concreta en un espacio de confianza, es importante alimentar esa confianza a través del respeto a su privacidad.
5. Cuidar las rutinas compartidas: comer o cenar en familia
Existe una rutina que es significativa desde el punto de vista emocional. Comer o cenar en familia es un ejemplo de espacio compartido que es clave para crear intimidad. Una intimidad que también se nutre con conversaciones más distendidas y cuestiones cotidianas. Lo importante es que cada uno se sienta acogido, aceptado y acompañado en ese espacio de amor, comprensión, familia y seguridad emocional. Y ese espacio familiar también puede ampliarse, en determinados momentos, con la visita de familiares, personas especiales o amigos cercanos.
¿Quieres que este verano sea verdaderamente significativo para ti y tu familia? Sin duda, durante las vacaciones, es un buen momento para crear espacios compartidos y disfrutar de momentos de intimidad.
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