
Cómo afrontar el duelo y el dolor por no tener un segundo hijo
La experiencia de tener un hijo, en ocasiones, contrasta con el dolor por no poder revivir nuevamente esa ilusión de recibir a un nuevo miembro en la familia. La visualización de un proyecto vital tan importante, vinculado con el amor incondicional, puede verse condicionado por la imposibilidad no solo de no lograr este objetivo, sino también, de que el hijo único no tenga un hermano con quien jugar, compartir momentos únicos durante la infancia y crecer en compañía. El duelo por no tener un segundo hijo implica una despedida.