Mindfulness para padres: descubre qué es la mente errante
El pensamiento no es negativo, sin embargo, la forma de enfocarlo puede marcar la diferencia en el plano del sentimiento. Actualmente, la práctica del mindfulness, atención plena, meditación y otras disciplinas que fomentan la conexión con el presente, está muy integrada en el estilo de vida de muchas personas. Por ejemplo, la cultivan padres y madres que quieren encontrar recursos de calma para fomentar el autocuidado emocional y afrontar la crianza.
Pues bien, existe un concepto dentro del ámbito del mindfulness que resulta muy interesante: la mente errante. En Uno más en la Familia comentamos su significado y el impacto que produce en el día a día.
Qué es la mente errante
Es probable que hayas experimentado diferentes momentos en los que, a pesar de estar en un contexto determinado, tu atención y tu mente se encontraban en un escenario diferente. A veces, la mente se aleja de la presencia consciente a través de cambios y giros en el foco de atención. De este modo, el ritmo de la atención avanza hacia el futuro o retrocede hacia el pasado de manera prácticamente automática.
La mente errante, cuando se manifiesta en exceso, incrementa el riesgo de sufrir el agotamiento y el desgaste que produce la rumiación mental. Una rumiación que, en muchos casos, gira en torno a hechos que probablemente nunca ocurran (pero conviene entender que la preocupación y el sufrimiento que crean sí es muy real a nivel interno). De este modo, la mente avanza de un punto a otro sin profundizar en una cuestión determinada. Pasa por encima de diferentes temas, como si caminase sin rumbo fijo. La mente errante puede afectar a cualquier persona adulta, más allá de cuál sea su trabajo o sus responsabilidades familiares. Sin embargo, cuando una persona tiene hijos, amplía su lista de temas de interés.
En ocasiones, crece el grado de vulnerabilidad personal ante nuevos temores. No es negativo que haya momentos en los que la mente se encuentra en este estado. Pero sí conviene pedir ayuda o implementar nuevos hábitos de autoconocimiento cuando la persona se siente totalmente desbordada por la desconexión constante con el presente. La mente errante también tiende a manifestarse con más insistencia en etapas de preocupación, urgencia o estrés.
El mindfulness como medio para cultivar la atención plena
Frente a la mente errante, existen otras formas de dirigir la atención de una forma más consciente. La atención plena es una práctica positiva para padres y madres puesto que es clave para alinear la concentración y los sentidos con el aquí y el ahora. En ocasiones, no es fácil pasar de una mente errante a un estado de consciencia más pleno. Sencillamente, los adultos podemos llegar a estar tan acostumbrados con aquellas ideas que se suceden de forma automática que, en ocasiones, tendemos a creer que el mindfulness es una práctica aburrida o que, simplemente, significa dejar la mente en blanco.
Por el contrario, el mindfulness aporta claridad y luz a aquello que pasa en el interior de uno mismo. De este modo, puede ser clave para orientar los pensamientos hacia un plano que fomenta el bienestar, la armonía y el autocuidado.
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