6 consejos para educar sin alimentar el sentimiento de culpa
El sentimiento de culpa no es negativo de forma general, sin embargo, puede resultar poco positivo cuando se integra en un estilo educativo que alimenta el temor, la culpabilidad o la crítica. ¿Cómo educar sin potenciar el sentimiento de culpa en los niños? En El Blog Infantil te invitamos a profundizar en la cuestión a través de las siguientes observaciones.
1. Responsabilidad, un enfoque diferente y más constructivo
La culpa tiene su espacio en el mundo interno de un ser humano. Sin embargo, puede resultar desproporcionada cuando se experimenta en situaciones cotidianas que no han producido graves consecuencias. Hay un punto de vista que resulta más constructivo: la responsabilidad. Es decir, es posible educar a los niños para que empiecen a asumir su responsabilidad en sus acciones y los efectos que producen. Asumir esa responsabilidad puede significar aprender o, también, rectificar cuando la situación lo requiere.
2. Existe una diferencia entre las acciones y la persona
Generalmente, se tiende a culpabilizar a una persona cuando se identifica a esta con sus acciones o palabras. Sin embargo, un ser humano es mucho más que aquello que hace. Por ello, es recomendable marcar una diferencia clara entre ambos planos para no alimentar la culpabilidad ante un error o una equivocación.
3. Poner el foco en el presente y en el futuro
La culpa también aumenta cuando la atención se dirige hacia cuestiones del pasado que es imposible modificar. Por el contrario, la perspectiva cambia cuando la forma de educar extiende el universo de posibilidades por medio de la creatividad y la atención hacia el futuro. De este modo, el niño puede actuar de manera más proactiva para incidir positivamente en lo que puede hacer respecto a un asunto.
4. Introspección: cuidado con la culpabilidad interior
La manera de educar muestra la conexión existente entre el trato hacia los demás y el diálogo interno. Con frecuencia, la educación que se alinea con la culpa y el miedo parte desde una perspectiva que muestra las dificultades y el sufrimiento que el adulto mantiene en su propia vida interior.
Es decir, un padre o una madre también puede tender a culpabilizarse en exceso por juzgarse de manera negativa al creer que no está a la altura de un ideal de perfección.
5. No hay que perder de vista la edad del menor
Es un error evaluar una situación desde el punto de vista adulto, sin integrar la perspectiva y la realidad del propio niño. Conviene recordar que cada niño actúa de forma acorde a su edad (con los recursos y herramientas que tiene a su alcance).
6. Utiliza la asertividad en la comunicación con tu hijo
¿Cómo evitar el sentimiento de culpa en la forma de educar a los niños? Hay un término que resulta esencial en este contexto: asertividad. La culpa tiende a crecer a partir de una comunicación que se centra en el ataque y el reproche que se dirige al interlocutor. La asertividad da voz al yo para expresar de forma respetuosa límites, normas, correcciones, emociones y sentimientos. La asertividad, con frecuencia, produce confusiones respecto a su significado en la vida cotidiana. Por ejemplo, los padres y madres asertivos también se enfadan. Pero utilizan la inteligencia emocional para expresar cómo se sienten.
La culpa, como hemos dicho, no es negativa de forma universal. Sin embargo, conviene buscar un enfoque diferente cuando el estilo educativo se centra principalmente en la culpabilidad o el temor.
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