Padres que sobrevaloran, hijos narcisistas

Padres que sobrevaloran, hijos narcisistas

Escrito por: Sacra    23 marzo 2015     2 minutos

Todos conocemos el mito de Narciso, aquel joven que quedó prendado por su propia imagen y murió preso de sí mismo. La verdad es que la mitología nos enseña muchos comportamientos y vicios propios del ser humano y que, parece ser, se repiten a lo largo de la historia con idéntica intensidad. Intentar no caer en ellos, especialmente en aquellos que pueden ser dañinos, sólo es cuestión de equilibrio.

Y es especialmente en el de Narciso, en el que debemos dar amor y protección suficiente pero sin llegar a esa obsesiva protección, donde más se manifiestan estos «errores» o «vicios» humanos ya que los padres tenemos una parte muy importante y decisiva. Así lo demuestra un estudio realizado entre Estados Unidos y los Países Bajos en el que se demuestra que sobrevalorar a los niños y hacerles pensar que son mejores que los demás, les empuja al narcisismo.

El estudio consistía en hacerles una entrevista a los padres e hijos a lo largo de todo un año para encontrar el origen del narcisismo. Aquellos padres que valoraban a sus hijos de forma excesiva con opiniones como «mi hijo se merece algo mejor» o «es más especial que el resto» pensaban que era la mejor forma de alentar la autoestima, cuando lo único que conseguían era tener hijos que piensan que son mejor que los demás. Ahí está la gran diferencia: los que tienen una sólida autoestima piensan que son igual que el resto, mientras que los narcisistas se creen por encima de los demás.

Pero ¿cómo educamos para no caer en ese gran error? Según los expertos la calidez emocional es la clave. Los niños a los que se les valora, se les quiere y acepta con sus errores crecen más seguros y tolerantes. En cambio, el narcisismo infantil no siempre es síntoma de seguridad, sino de un comportamiento aprendido de los padres o, incluso, una herencia genética que se activa con un poco de aliento familiar.

La conclusión de los autores de este estudio es tratar a los niños con cariño, con amor y con todos los componentes emocionales positivos de los que seamos capaces, pero sin decirles que son superiores y mejores que los demás.

Vía | Tendencias 21
Foto | Infobae


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