El significado que esconden los dibujos infantiles (I)
Una de las primeras habilidades que nuestro niño va a realizar desde bien pequeño es la de dibujar. Tomar los lápices de colores y dejarse llevar por todo un mundo de sensaciones es una de las prácticas más divertidas que podemos ofrecerles desde muy temprana edad. Aunque bien pudiera parecer que se trata de un ejercicio arbitrario y sin ningún sentido más allá del propio garabato, lo cierto es que tras esos trazos se esconde mucha información para conocer la evolución y desarrollo de nuestro hijo.
Según el tipo de trazo que realice podemos saber que se trata de un niño muy sensible si sus líneas son muy suaves, como sin querer llegar a rozar el papel. Todo lo contrario que los apasionados cuyos trazos son pura energía y llenos de fuerza. Para los inseguros o muy perfeccionistas, además de tener siempre una goma de borrar a mano pues la usarán continuamente, sus trazos le delatan al aparecer de forma discontinua.
También la técnica que utilicen nos dice mucho de su personalidad. Aquellos que optan por rotuladores o lápices de colores quieren acabar con un buen resultado, por lo tanto son analíticos y reflexivos. Los que eligen las ceras blandas o las témperas son más sensoriales y manuales.
El tamaño de los elementos es muy importante ya que, de forma inconsciente, el niño dibuja lo primero con lo que se identifica omitiendo aquellas otras partes con las que no se siente a gusto. Cuando un elemento está muy desproporcionado nos está pidiendo atención ya que puede significar agresividad o temor. Aquel que se dibuja a sí mismo muy pequeño, sugiere timidez.
Si elige un formato pequeño para hacer su obra de arte nos dice que tiene una gran capacidad de concentración aunque, a menudo, les falta confianza. Al contrario sucede que el niño que escoge un papel grande en el que dibujar goza de una gran autoestima aunque suele ser bastante disperso.
Vía | Guía del niño
Foto | Carrusel
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