Una investigación ha demostrado que el abandono que se sufre en la infancia puede llegar a afectar a la salud del cerebro. Cuando un pequeño es abandonado y es criado en alguna institución puede llegar a sufrir alteraciones e el desarrollo de su cerebro, un deterioro en sus habilidades lingüísticas y emocionales.
Una mujer fue detenida por dejar a su hija de tres años en el coche dentro del estacionamiento del aeropuerto. El pasado mes agentes de la Policía Nacional acusaron a la madre de ser la responsable del delito de abandono haberse ausentado un lapso de media hora.
En los últimos diez años sólo en Cataluña, 72 niños adoptados han sido retornados. Es decir, sus padres han devuelto a la tutela de los pequeños, han cesado como padres. Josep Lluís Cleries, conseller de Bienestar Social y Familia de la Generalitat, ha comentado que, "Es preocupante que 72 niños adoptados, de un universo de 12.000, hayan sido abandonados por sus padres desde el año 2000, por lo que la Generalitat, de quien depende ahora su tutela, está estudiando la responsabilidad jurídica de las familias".
No me gustan las historias morbosas o truculentas y mucho menos si hay niños por medio, pero en este caso la indignación no me la quiero callar. Un niño chino fue encontrado abandonado en un semáforo bajo un puente. Todo lo que tenía encima era algo de dinero, unos 10 euros. El pequeño presenta una malformación muy evidente en su carita.
Por desgracia, son demasiados los casos que se dan de padres, relativamente jóvenes, que no quieren asumir su responsabilidad en este sentido. Oímos en el telediario noticias similares muchas veces. La que ha ocupado las portadas esta semana ha sido la de una pareja que dejó a su hijo encerrado en el coche mientras ellos se iban de copas.
Seguimos escuchando noticias desgarradoras a diario que tienen que ver con niños. Unos quedan olvidados en los asientos de algún coche, otros son víctimas de transacciones comerciales y otros son abandonados por sus padres, sin más. Hoy os contamos como una madre decidió dejar a su suerte a sus pequeños, a tres nada menos, en un hostal.