La meditación es una de las técnicas más antiguas y extendidas en el ser humano. A través de ella dejamos que nuestra mente se relaje, descanse y se recargue de energía para seguir avanzando en el crecimiento. Pero si para los adultos es absolutamente beneficioso que, de forma habitual, practiques la meditación, también resulta ser una de las mejores medicinas para los más pequeños.
Existen muy pocos niños que van al colegio habiendo desayunando de manera completa (con leche, hidratos de carbono y frutas). Esto es bastante negativo ya que los pequeños que desayunan bien cuentan con más energía, enferman menos y no están tan ansiosos durante las clases.
Cada vez son más los expertos que relacionan el comportamiento y aprendizaje de los niños con la dieta alimenticia que ingieren. Y el desayuno, dentro de esas pautas nutritivas, es uno de los más importantes a pesar de que a menudo, bien por no prestarle demasiada atención, por falta de tiempo o desconocimiento, nos saltamos ese momento tan importante del día.
Los hidratos de carbono son imprescindibles en la dieta de todos, pero principalmente en la de los niños. Son los que aportan energía y en el caso de los niños el gasto es muy elevado. Si la dieta no incluye suficientes hidratos de carbono, el cuerpo recurre a los aminoácidos y los lípidos para conseguir la energía necesaria. El problema de esta práctica es que tiene consecuencias para la salud, como deshidratación, cetosis, fatiga y pérdida de proteínas corporales. Además pone en riesgo a los riñones y el hígado.