Los niños sevillanos aprenden historia desde el hospital
Bastante doloroso resulta que los niños, por unas u otras causas, tengan que ser ingresados en los hospitales. Sacarles de su ambiente habitual, de su casa y amigos, es uno de los golpes más tristes que puede recibir aquel niño enfermo que necesita de cuidados constantes y especializados. Por eso los centros sanitarios, cada vez más sensibles con las necesidades de los pequeños, intentan ofrecer espacios, actividades y juegos para que su estancia, más allá del propio drama de la enfermedad, se convierta en una reconfortante experiencia.