Consejos para una buena relación madre e hijo

Consejos para una buena relación madre e hijo

Escrito por: Maite Nicuesa    14 noviembre 2010     2 minutos

La familia es un núcleo formado por varias personas, es decir, una familia implica la formación de un grupo. Sin embargo, para que un grupo funcione de forma armónica tenemos que prestar una atención especial a la relación que existe entre cada una de las partes: relación de pareja, relación entre hermanos, abuelos y nietos…

Pero una de las relaciones más especiales es la que se establece entre una madre y su hijo. Sin duda, podemos tener en cuenta algunas pautas para lograr fortalecer el vínculo en el proceso de crecimiento infantil. A veces, las madres se vuelcan al cien por cien en el niño tanto es así que de forma inconsciente a veces, no dejan el espacio necesario al padre para que pueda disfrutar de momentos en soledad con el hijo. Pero está claro que el niño también necesita de la figura paterna como un referente educativo y emocional.


En cualquier relación familiar también es esencial tener un tiempo para la intimidad, es decir, para los momentos de soledad. En este sentido, es fundamental llegar a acuerdos, es decir, a pactos. El niño debe aprender a respetar la intimidad de la madre, mientras que la madre, también aprenderá a confiar en el niño y a valorar su propio espacio.

Una relación entre una madre y un hijo no es un vínculo de amistad sino que es una relación que debe estar basada en unas normas en concreto. Es decir, debe existir un límite claro que el niño debe aprender entre aquello que está bien y aquello que está mal. O lo que es lo mismo, entre aquello que se puede o no se puede hacer. La madre debe de mostrar firmeza a la hora de mantener el cumplimiento de las normas.

En ciertos momentos, cuando el niño se enfrente con los límites sentirá tristeza y frustración. Son emociones que pueden resultar desagradables pero son necesarias para que el niño aprenda a crecer con alegría. Además, es fundamental mostrar una actitud receptiva con el niño. Más allá del preocupaciones laborales, a la hora de llegar a casa debemos dar a valor a lo esencial.

Foto | Flickr-Raúl A
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