
En el momento en el que nuestro peque aparece en nuestras vidas, la preocupación de sus padres es que esté bien alimentado, perfectamente abrigado y, también, motivado para que su día a día resulte de lo más especial. Cada uno de sus progresos es celebrado, en el entorno familiar, como un auténtico tesoro de vida, así que además de alimentarle el cuerpo, también nos encargamos de alimentarle su paisaje emocional.
Uno de los grandes problemas con los que nos hemos encontrado en este siglo XXI es el sedentarismo, especialmente en la infancia. Las nuevas tecnologías han ocupado, casi por mayoría absoluta, el espacio de la diversión infantil y, al parecer, ahora ya no es necesario salir a la calle, subirse a los árboles o mancharse de barro para divertirse.
Desde hace una infinidad de siglos ya se sabe de la existencia de los gemelos dentro de la propia evolución humana. Según la explicación científica, se trata de dos bebés que aparecen a raíz de la división de un mismo cigoto y que, en el mismo nacimiento, se comprueba que son exactamente iguales, tanto que hasta comparten el ADN.
Una de las necesidades básicas, de todo ser humano, que más se ve afectada con el nacimiento de un bebé es la del sueño. Por bien que nos organicemos, que intentemos seguir ciertos consejos o que intentemos delegar en los otros ciertas tareas, todo nuestro horario se verá tocado con la llegada de este pequeño despertador continuo que requerirá nuestra presencia casi todas las horas del día. Afortunadamente esta etapa, como casi todas, pasarán para quedarse en un recuerdo, más o menos leve, de la feliz crianza.
Los niños ya están de vuelta al cole y, con él, nos han llegado un buen número de gastos, algunos ya asimilados, y los otros que se han colado por sorpresa en nuestra maltrecha economía. Si volver de vacaciones ya es un trauma por el regreso a la rutina, también lo es doble debido al varapalo que se lleva nuestro bolsillo. Por mucho que queramos ahorrar y darle mil vueltas al euro, no nos vamos a librar de ciertos gastos totalmente necesarios.
Parece que los últimos estrenos que estamos disfrutando en la gran pantalla, y que nos llegan de Hollywood, no dejan de ser meras copias de antiguos éxitos que lograron emocionar, divertir o sorprender a aquellas generaciones de abuelos y padres que nos los cuentan como auténticas gestas.
Aunque cada familia es un mundo e intenta criar a sus hijos de la mejor forma, es cierto que cada uno tiene sus propias convicciones, ideas o métodos para que la crianza se convierta en una experiencia maravillosa tanto para los criadores como para los bebés. Verles crecer, conseguir sus logros diarios y hacer que se conviertan en seres autónomos, sanos y llenos de posibilidades, son algunos de los objetivos que todos los padres tenemos como meta.
Ser madre es una de las experiencias más maravillosas y plenas que podemos disfrutar en la vida, pero también una enorme responsabilidad que no siempre podemos gestionar con la confianza y seguridad que quisiéramos. Aunque cada vida es un mundo y cada familia tiene sus propios recursos, lo cierto es que la maternidad no siempre es esa tarea idílica que nos quieren hacer ver, especialmente si se suma alguna complicación física o psíquica.
La vuelta al cole no es igual para todos los niños. Los hay que están deseando reencontrarse con sus amigos o, incluso, descubrir esos desconocidos que pronto formarán parte de su círculo más íntimo. También están esos otros que, por nada, quieren abandonar el núcleo familiar y la libertad que les proporciona la anarquía del horario. Y están también aquellos que se mueven dentro de un mar de dudas, por un lado ansían regresar al cole pero, por otro, les asaltan ciertos miedos y emociones contrariadas.