5 consejos para no hablar mal del padre o la madre de tu hijo

En general, se recomienda no hablar mal del padre o la madre del hijo delante del menor. Sin embargo, esta recomendación puede extenderse incluso más allá de este ámbito para favorecer un clima de respeto, confianza y colaboración. Existen momentos en los que puede surgir esa voz más crítica y negativa puesto que las relaciones no son ideales (ni en pareja ni después del divorcio). ¿Cómo evitar el riesgo de hablar mal del padre o la madre de tu hijo?
1. Utiliza un tono y un lenguaje constructivo
Existen muchas formas diferentes de hablar de una misma situación. En la descripción de las vivencias adquiere un significado profundo el tono y el lenguaje utilizados. Pues bien, intenta utilizar el lenguaje de forma constructiva, asertiva y amable.
2. Busca un espacio de tranquilidad y calma
Si te gustaría dejar de hablar mal del padre o la madre de tu hijo, tras identificar diferentes momentos en los que esa situación se ha producido, reflexiona sobre qué variables han influido en ese tipo de respuesta. Si lo necesitas, busca un espacio de tranquilidad, armonía y calma puesto que las emociones influyen en las palabras y en los actos.
3. Habla con una persona que te orienta hacia tu mejor versión
En ocasiones, puede ser recomendable hablar tranquilamente con alguien externo para analizar una situación con más tranquilidad. Sin embargo, es esencial hablar con una persona que proporciona paz, orientación positiva y enfoque constructivo. Es decir, alguien que no alimenta la crítica, sino la perspectiva opuesta. Una persona que te nutre a través de su presencia en tu rol como padre o madre.
4. Identifica tres o más rasgos positivos de otra persona
Hay momentos que son difíciles de gestionar desde una perspectiva emocional. Existen situaciones en donde la crítica puede brotar con más fuerza. ¿Cómo cambiar tu perspectiva de la otra persona? Identifica tres rasgos positivos. Es muy probable que ese ejercicio te ayude a ver al padre o la madre de tu hijo desde otra perspectiva. Incluso los padres separados pueden conectar con ese tiempo en el que ambos se eligieron desde el amor o la libertad.
5. Asume el compromiso personal de no hablar mal del padre o la madre de tu hijo
Existen cambios que únicamente se materializan cuando uno mismo se compromete con un objetivo que está alineado con valores tan esenciales como el respeto hacia otra persona, pero también hacia el hijo. Y es que, en este caso, la perspectiva del niño o el adolescente tiene una gran relevancia. Aquello que dices influye en él de alguna forma. Especialmente, si él está presente en esos momentos de crítica. En relación con este compromiso asumido desde la libertad, hay que ser realista y amable con uno mismo. En este proceso de aprendizaje, puede haber momentos en los que la crítica se hace presente. Ese tipo de experiencia puede ayudarte a reflexionar, conocerte mejor y rectificar.
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