Juegos con muñecas y peluches: 5 beneficios emocionales en niños

Jugar con peluches y muñecas durante la infancia es una expresión de juego simbólico que pone el acento en la inspiración que produce la imitación de tantas situaciones cotidianas que se perciben en el entorno más cercano. Los juegos con peluches y muñecas, que remiten a escenas que están tan presentes en la vida familiar, así como en películas infantiles y otras historias, se transforman en una referencia para niños y niñas. Ellos, desde su perspectiva, se adentran en experiencias tan profundas como el cuidado, la conexión emocional y el valor de la responsabilidad. ¿Qué beneficios producen los juegos con muñecas y peluches desde una perspectiva emocional?
1. Creación de un vínculo significativo
Existen distintos vínculos relevantes que el niño construye desde los primeros años de vida. En ese universo de la infancia, los peluches, las muñecas y los juguetes preferidos se convierten en una referencia diaria. De esta forma, peluches y muñecas, que tienen un componente tan humano, se transforman en el medio a través del que el niño descubre el poder de un vínculo tan significativo.
2. Desarrollo de la comunicación (más allá de las palabras)
El lenguaje simbólico, que acompaña al tiempo que el niño comparte con peluches y muñecas en la infancia, propicia el desarrollo de la comunicación a través de las palabras. De hecho, la expresión corporal y el lenguaje no verbal se hacen visibles a través de tantas escenas en las que el niño, como protagonista de ese proceso, imita gestos y habilidades que percibe en los adultos.
3. Creación de una conexión a largo plazo
El juego con muñecas y peluches se combina con otras formas de entretenimiento. Sin embargo, este tipo de propuesta se nutre desde la perspectiva de la continuidad. Es decir, el niño encuentra diferentes momentos y situaciones en los que se sumerge en esa experiencia de cuidar a sus muñecos, compartir tiempo con ellos y hacer tareas vinculadas con el cuidado. Una suma de ingredientes que es esencial para crear una conexión a largo plazo.
4. Habilidades que pueden trasladarse a otros vínculos
El juego simbólico que niños y niñas comparten con peluches y muñecas pone el foco en la empatía, la amabilidad, la responsabilidad, la sensibilidad, la implicación emocional y la asertividad (además de otros factores relevantes). En consecuencia, a través del juego, el niño adquiere habilidades que pueden trasladarse a otros vínculos como la amistad, el compañerismo, la relación entre iguales o la familia.
5. Comprensión de la realidad y del mundo
Cuando observas a un niño que juega con muñecos y peluches, puedes percibir el realismo con el que imita tantas escenas que él mismo ha visto en su entorno más cercano. Es decir, recrea otros gestos que ha percibido en sus padres, amigos de la familia y otros adultos. La implicación que propicia la dinámica, a través del entretenimiento y la diversión, favorece la comprensión de la realidad. Y, además, a través de la experiencia práctica y las vivencias más inmediatas, el niño también se sitúa en el entorno con más seguridad.
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