7 ingredientes que potencian el aprendizaje infantil en verano
El aprendizaje de los niños no se contextualiza, únicamente, en el ámbito académico. Y las vacaciones de verano ofrecen la oportunidad de explorar la realidad desde un ritmo distinto. Con frecuencia, surge la reflexión en torno a los beneficios e inconvenientes de los deberes escolares en el periodo estival. Pues bien, el aprendizaje también va más allá del desarrollo de los ejercicios de repaso. Existen siete ingredientes que potencian el descubrimiento, como comentamos en El Blog Infantil.
1. Aburrimiento
La agenda estival no debe representar una ocupación permanente que fluye al compás de actividades perfectamente programadas. Es recomendable no huir del aburrimiento porque más allá del mismo existe un universo de creatividad. Por tanto, durante el periodo estival también hay espacio para experimentar emociones que surgen en contacto con esta sensación.
2. Familia
La escuela y el hogar son dos entornos perfectamente conectados, como refleja la comunicación entre educadores y padres. Durante la época estival, aumenta el tiempo compartido con los seres queridos. Una perspectiva temporal que puede analizarse desde el punto de vista de la calidad y la cantidad. Por ello, las familias acompañan a los niños en el proceso de aprendizaje y en el descubrimiento de nuevas experiencias.
3. Novedades
La rutina es positiva, valiosa, apetecible y necesaria. Pero eso no significa que el esquema adoptado en la programación del tiempo sea inamovible. El verano viene acompañado por pequeñas o grandes novedades que despiertan la curiosidad. Es decir, el nivel de atención y de concentración aumenta cuando surge un estímulo novedoso.
4. Contacto con la naturaleza
Muchos de los planes familiares que se desarrollan en verano transcurren en paisajes abiertos. Pueblos, ciudades, campo y montaña sorprenden con la belleza de sus matices durante el periodo estival. Muchos juegos, actividades culturales y eventos familiares también se desarrollan en espacios verdes. En consecuencia, el contacto con la naturaleza está directamente relacionado con la experimentación.
5. Diversión
El componente lúdico está muy presente en la organización de actividades durante las vacaciones. Con frecuencia, disfrutar es el fin principal de los planes llevados a cabo en compañía. Pues bien, la diversión adquiere formas diferentes en una amplia selección de propuestas de ocio entretenidas y educativas.
6. Lectura
La lectura potencia el aprendizaje infantil, y no solo a través de los cuentos. La lectura es el ingrediente imprescindible para descubrir información de interés en la visita a un museo o un destino.
7. El ejemplo de los padres y de otros referentes del entorno
Como hemos recordado, las familias comparten más tiempo en común durante la época estival. De este modo, los niños pueden observar el ejemplo positivo de quienes les rodean. Un estilo de vida activo educa en hábitos saludables que previenen el sedentarismo en la infancia. Del mismo modo, cuando los padres son mediadores de lectura, alimentan el interés por los libros.
Las vacaciones de verano dejan un recuerdo especialmente significativo en la memoria del adulto. En este periodo se contextualizan tradiciones que se repiten o se actualizan.
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