Colegios: 7 ventajas del trabajo en grupos reducidos en el aula

El trabajo en grupo proporciona una importante experiencia práctica en forma de habilidades, aprendizaje, colaboración, participación activa… Cuando un aula se divide en grupos reducidos, se crea un contexto que facilita la coordinación en torno a un proyecto común. ¿Qué ventajas ofrece esta metodología en el ámbito educativo y qué aporta al alumno?
1. Dinamismo, orientación práctica y proceso vivencial
El aprendizaje práctico proporciona una memoria significativa en el corazón del alumno. Es un proceso que está vinculado con el aprendizaje a través del ensayo y el error, la definición de objetivos, el cumplimiento de plazos y etapas… En definitiva, la meta, el final del proyecto, ayuda a poner en perspectiva todo el camino realizado.
2. Orden
Cuando un grupo está formado por un número reducido de alumnos se crea un espacio de trabajo que facilita la coordinación, el orden y la colaboración. Aunque pueden surgir diferentes roles y perfiles en este contexto, un grupo pequeño facilita la integración, la cohesión, la escucha y la participación equitativa de todos los compañeros.
3. Seguimiento y supervisión del profesor
Un grupo reducido puede desarrollar su autonomía para trabajar de forma coordinada en el aula. Pero aquello que ocurre en el grupo también forma parte del propio aprendizaje. Por este motivo, conviene señalar que el profesor realiza un importante papel en relación con la supervisión, el acompañamiento, la atención y el apoyo directo.
4. Planificación y gestión del tiempo
Con frecuencia, el nivel de eficiencia y precisión en la gestión del tiempo no depende de que haya más personas que trabajan de forma activa en un proyecto, sino del grado de coordinación, organización y planificación. Pues bien, la búsqueda de acuerdos, la comunicación en la gestión de las tareas o el seguimiento de un orden en los pasos establecidos se simplifica en un grupo pequeño.
5. Facilidad para quedar más allá del aula
En ocasiones, el trabajo en grupo en el aula se completa con un tiempo de trabajo más allá del centro educativo. Es decir, los alumnos pueden quedar en la biblioteca o en casa de algún compañero para seguir avanzando en el proyecto. Pues bien, que el grupo esté integrado por pocas personas simplifica la búsqueda del momento, el horario y el lugar que mejor se adapta al equipo. Esta circunstancia incide de un modo favorable en el trabajo desarrollado en el aula.
6. Buenos resultados
Cada grupo es único. Sin embargo, la seguridad y la confianza que aporta un espacio integrado por pocas personas, fomenta el compañerismo, la mejor versión de cada persona, la creatividad, la comunicación de nuevas ideas, la iniciativa… En definitiva, estos ingredientes potencian los buenos resultados en un proyecto.
7. Equilibrio entre el desarrollo individual y la evolución del grupo
Un grupo reducido permite poner en relación un aprendizaje básico: aquello que cada uno hace repercute de forma directa en el proyecto de forma positiva o negativa. La implicación, la participación, la responsabilidad, la motivación o el cumplimiento de las tareas mejora los resultados definitivos. Por el contrario, cuando uno de los miembros del grupo no se hace cargo de aquello que tiene que hacer, añade una sobrecarga de tareas en otros compañeros e interfiere en el ritmo de trabajo.
En definitiva, el trabajo en grupos reducidos es una metodología que alimenta el potencial de los alumnos en el aula. Por ello, es una fórmula que está tan presente en colegios, escuelas, institutos y actividades extraescolares.
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