Cómo afrontar el duelo y el dolor por no tener un segundo hijo

La experiencia de tener un hijo, en ocasiones, contrasta con el dolor por no poder revivir nuevamente esa ilusión de recibir a un nuevo miembro en la familia. La visualización de un proyecto vital tan importante, vinculado con el amor incondicional, puede verse condicionado por la imposibilidad no solo de no lograr este objetivo, sino también, de que el hijo único no tenga un hermano con quien jugar, compartir momentos únicos durante la infancia y crecer en compañía. El duelo por no tener un segundo hijo implica una despedida.

La despedida de una expectativa importante a nivel afectivo, personal, vital o familiar. Ese duelo implica integrar una realidad que rompe con lo deseado o visualizado a nivel interno. Y, en ocasiones, esta situación choca con la falta de comprensión de otras personas o incluso de la propia sociedad que no entiende el nivel de alcance de este peso emocional. El duelo por no tener un segundo hijo requiere de autoconocimiento, comunicación, expresión emocional, compañía y apoyo externo.

Cómo afrontar el duelo cuando el segundo hijo no llega

No todas las personas que sueñan con tener un segundo hijo experimentan el mismo proceso. En algunos casos, el duelo puede ser intenso mientras que, en otros, el alcance de la herida emocional no es tan profundo. Cada caso es diferente pero, además, cada circunstancia también es concreta y específica. Y es importante dar espacio e importancia a esas emociones y sentimientos que pueden surgir durante el proceso. Emociones que no se producen siguiendo un patrón establecido o de forma lineal, sino que cada persona experimenta su propia transformación interna.

Y es aconsejable buscar las palabras indicadas, aunque no sea fácil, para describir lo vivido a nivel interno. Existen experiencias que, de forma simbólica, ayudan a pasar página y avanzar (que es clave para afrontar las distintas etapas del duelo). Por ejemplo, es posible escribir una carta, para disfrutar de los beneficios que aporta la intimidad de la escritura autobiográfica, para cerrar esta etapa.

Aceptación, resiliencia, superación y proceso de adaptación

En la superación del proceso de duelo por no tener un segundo hijo existe un camino que se alinea directamente con la aceptación. Aceptación de la realidad tal y como es, más allá de creencias, propósitos, anhelos o expectativas previas. Sin duda, es más difícil desprenderse de deseos que tocan tan de cerca el plano anímico, vital, afectivo o emocional.

Sin embargo, la referencia de quienes han pasado por una experiencia similar, puede servirte de apoyo si estás pasando por esta etapa. Y es que, el dolor también adquiere otro sentido cuando se comparte. Del mismo modo, también se alivia a través de la escucha, el intercambio de información o el consuelo. En definitiva, aunque el dolor o el sufrimiento pueden llevar al aislamiento, la compañía es clave (empezando por la compañía que puedes darte a ti mismo).

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