Descubre qué es la conducta prosocial en los niños

El niño nace en un contexto social. El ser humano amplía su ámbito de interacción más allá de la familia a lo largo de la existencia. Desde esta perspectiva adquiere sentido el “nosotros” y el bien común. La conducta prosocial, de hecho, hace referencia a aquellas acciones que producen un efecto positivo en la comunidad.

La importancia de la conducta prosocial, en cualquier etapa de la vida, tiene una visibilidad especial en un contexto como el actual. La cooperación, la colaboración y la ayuda desinteresada son ingredientes que incrementan la resiliencia en tiempos de incertidumbre.

Acciones positivas que refuerzan el bien común

El bien común crea el contexto ideal para el desarrollo de una convivencia agradable. Un objetivo que requiere de la implicación de todas las partes. Y la conducta prosocial está alineada con la creación de lazos significativos. Los niños adquieren aprendizajes esenciales durante su infancia. Por ello, el ejemplo de las acciones altruistas que observan en el entorno se transforma en un espejo que facilita el descubrimiento de la realidad del ser humano cuando conecta con su mejor versión. La cultura, la familia, la escuela, el barrio, los medios de comunicación y otros espacios de convivencia transmiten información a los menores.

La conducta prosocial se refleja a través del comportamiento. Está acompasada por la gratitud, la generosidad emocional, la amabilidad y la comprensión. A través de este comportamiento, la persona no actúa desde el individualismo, sino desde la empatía. ¿Cómo educar a los niños en esta experiencia? Además de formar a través del ejemplo personal, existe una fórmula muy positiva: la participación en proyectos de solidaridad. En ese caso, conviene buscar acciones solidarias para compartir en familia.

El comportamiento prosocial también es visible en los cuentos e historias para niños. Los personajes transmiten principios que ponen en valor el sentido de pertenencia a la comunidad y la interacción con el entorno. Por ello, la lectura ofrece esperanza. Finalmente, conviene puntualizar que el aprendizaje de la conducta prosocial se integra en la práctica de un deporte de equipo.

La importancia de la conducta prosocial en la escuela

La cooperación produce un efecto positivo en terceras personas. Esa es la esencia de la conducta prosocial. Pero, a su vez, deja una huella valiosa en uno mismo. El ser humano es social por naturaleza y, en consecuencia, se conoce mejor cuando interactúa con los otros. La importancia del bien común es clave en la sociedad y en los grupos que la componen. Por ejemplo, eleva la felicidad en la escuela, ya que crea un clima educativo positivo. En consecuencia, la formación de la conducta prosocial mejora el compañerismo, nutre la comunicación y fortalece la resiliencia.

El desarrollo de la conducta prosocial queda perfectamente enmarcado en el proceso de socialización infantil. Es esencial para prevenir y solucionar el acoso escolar en el aula. Del mismo modo, es un comportamiento que se distancia del agoísmo frecuente.

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