Padres: 10 razones para ser más flexibles con los niños en verano

El periodo estival plantea diferentes retos en la vida familiar. Y la flexibilidad es un recurso que potencia la adaptación al cambio ante un escenario diferente al habitual. Dicha perspectiva también puede aplicarse a la rutina, la educación y la crianza. En El Blog Infantil enumeramos diez razones por las que padres y madres pueden ser más flexibles con sus hijos durante las vacaciones.

1. La flexibilidad aumenta la resiliencia y la paciencia ante los imprevistos

Con frecuencia, la organización y la planificación se convierten en la forma de preparar algunos proyectos del verano como, por ejemplo, un viaje en familia. Sin embargo, los imprevistos están prácticamente asegurados en la rutina de una familia con niños, especialmente, durante los meses de julio y agosto.

2. Encontrar el equilibrio

La flexibilidad no implica adoptar una educación permisiva durante las vacaciones. Sencillamente, entre aquellos conceptos que parecen describir la realidad de forma excesivamente general, es posible buscar el equilibrio.

3. Una oportunidad para hacer cambios

El verano también puede ofrecerte un periodo de balance y reflexión para tomar decisiones sobre la educación y la crianza. Quizá sea en este periodo del año cuando consideras que conviene hacer algunas modificaciones que tienen una finalidad positiva. Pues bien, si quieres fluir con el cambio y adoptar decisiones conscientes, es recomendable que seas flexible para no quedarte anclado en la zona de confort.

4. Descansar a nivel emocional

La falta de flexibilidad deriva en la rigidez. Una rigidez que supone tensión interior y un exceso de autoexigencia. La flexibilidad no solo es positiva cuando remite a la relación con tu hijo, sino que repercute positivamente en tu cuidado emocional como forma de descanso.

5. Es importante relativizar

Como hemos comentado, una actitud flexible no supone adoptar un enfoque permisivo en la relación con los niños. Sin embargo, durante el verano puede surgir un nuevo orden de prioridades. Y es importante que relativices algunos aspectos para poner el acento en aquellos que son realmente decisivos desde tu punto de vista.

6. Disfrutar del verano en familia

En ocasiones, los factores que impiden disfrutar del verano a padres y madres también son internos. La forma de abordar las vacaciones influye en el proceso y en la vivencia interior. La flexibilidad es una de las habilidades que puedes descubrir en la espontaneidad y la inocencia que caracteriza el comportamiento infantil. Pues bien, te ayuda a desprenderte de aquellos bloqueos y creencias limitantes que interfieren en la experiencia del verano.

7. Este verano también pasará

La vida, en todas sus formas y expresiones, es cambio y evolución. Cada situación y cada circunstancia del verano, también pasará. Por esta razón, conviene ser flexible en aquellos aspectos que no son realmente trascendentes en relación con la felicidad, la educación, el bienestar o la crianza.

8. Adaptarse es una prioridad

Durante el verano cambian las circunstancias y la adaptación es una prioridad en la vida familiar. Se produce un contexto distinto en relación con el resto del año. Y es recomendable adaptarse a las novedades sin quedar a la espera de que llegue el mes de septiembre (y el nuevo curso aporte un nuevo orden a los horarios).

9. Educar en el valor de la flexibilidad a los niños a través del ejemplo

La flexibilidad es uno de los valores que puedes transmitir a tu hijo por medio de tu propio ejemplo personal. Es decir, a través de la capacidad para adoptar esta postura en la toma de decisiones y en la forma de afrontar el periodo estival.

10. Responder de forma acorde a la situación

La flexibilidad, como hemos indicado anteriormente, no debe confundirse con la permisividad. En esencia, la flexibilidad es una necesidad puesto que conviene contar con un diagnóstico de situación antes de tomar una decisión concreta. Y cada situación siempre es única y diferente.

Educación #flexibilidad #verano