Pedagogía Waldorf: ¿Qué es una mesa de estación?

Pedagogía Waldorf: ¿Qué es una mesa de estación?

Escrito por: Maite Nicuesa    5 junio 2021     3 minutos

La creación de una mesa de estación es una actividad sensorial que permite a los niños descubrir las propiedades de cada periodo del año

Hoy celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente. Una jornada que envía un mensaje de sensibilización en torno al cuidado y la protección de la naturaleza. Existen distintas experiencias que propician la interacción de los niños que perciben la belleza de los paisajes naturales.

La pedagogía Waldorf propone la mesa de estación. Como indica su propio nombre, el formato de esta actividad tiene la forma de una mesa. Es un pequeño rincón del hogar que se actualiza al compás de la primavera, el verano, el otoño y el invierno. Pero no solo puede utilizarse una mesa para tal fin, sino que también es posible destinar otra superficie a esta actividad.


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¿Qué es la mesa de estación?

De este modo, dicha mesa muestra de forma visual algunas de las características más representativas de cada periodo del año. Por ejemplo, los colores tierra identifican al otoño. Esta es una actividad que se pone en conexión con excursiones y paseos por el campo. Durante esos senderos, el niño explora el medio a través de sus sentidos. Identifica los aromas, los colores y las sensaciones propias de cada tiempo. Una información que, después, se materializa en una mesa sensorial que lleva la naturaleza hasta el hogar.

Cada estación tiene, a su vez, sus propias características de luz y temperatura. ¿Qué frutos son representativos de cada contexto del año? ¿Qué texturas es posible identificar en cada escenario? Estas y otras preguntas, que profundizan en torno al conocimiento del medio, ofrecen información práctica para dar forma a la mesa de cada estación. La mesa siempre está situada en el mismo rincón del hogar, pero su imagen evoluciona, al igual que el propio horizonte natural.

Existen tiendas especializadas que venden recursos para crear mesas con los materiales característicos de cada contexto temporal. A su vez, los niños también pueden encontrar algunos elementos en sus paseos, siempre de forma responsable. Por ejemplo, una hoja que ha caído al suelo durante el otoño.

Esta actividad es perfecta para fomentar la animación a la lectura en la infancia, ya que libros especializados sobre cada una de las estaciones, con bonitas ilustraciones, pueden formar parte de este universo natural. El arte es clave para embellecer este entorno.

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¿Cuáles son los beneficios de las mesas de estación?

En primer lugar, fomentan el conocimiento científico. La observación, la atención y la experimentación son esenciales para el desarrollo de la ciencia. Los niños aprenden lecciones valiosas sobre el fluir del tiempo, la sabiduría de los ciclos de la naturaleza y desvelan los detalles propios de cada periodo.

Algunas reflexiones sobre el tiempo pueden resultar muy abstractas para los niños. La mesa de estación, por el contrario, se convierte en la metáfora visual de los ciclos de la naturaleza y, también, de la vida. Los niños pueden tocar los objetos que están situados sobre la mesa, pero esos materiales siempre deben colocarse en ese espacio.

Es decir, no son recursos que deban llevarse a otro lugar para jugar con ellos. Ya que, en ese caso, la propia mesa de estación pierde su sentido original. Este rincón tan acogedor decora la casa: la mesa lleva la naturaleza hasta el interior de la vivienda. El contenido de esa mesa siempre está alineado con las características del paisaje exterior. Esta actividad no solo puede llevarse a cabo en el hogar, sino que también es habitual en centros educativos que siguen la pedagogía Waldorf. Actualmente, recién estrenado el mes de junio, este ejercicio es una invitación para celebrar la llegada de las vacaciones.


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