La ropa premamá y sus misterios (II)
Una vez vamos notando que nuestro cuerpo se va ampliando para dejar hueco al bebé que va creciendo en nuestro interior, es el momento de ir pensando en renovar el vestuario (al menos durante una temporada). Eso puede suceder, según cada caso, entre el tercer y cuarto mes de embarazo.
Durante esos primeros meses es cuando se produce la primera duda. Nuestra ropa ya no nos cierra bien, notamos que le falta espacio, pero con la ropa premamá nos vemos demasiado amplias, como si sobrara tela por todos lados. Lo mejor es comprarse ropa normal, pero con una talla o dos más. Puedes pedirla prestada o buscar ofertas, ya que luego te va a servir, después de dar a luz, al menos durante un par de meses.
Desafortunadamente son muchas las marcas que por llevar la etiqueta de premamá se exceden en los precios, así que podemos no recurrir a ellos y nos podrán ir sirviendo otro tipo de prendas más «normales». Pantalones y faldas con cinturilla elástica o blusas y camisetas holgadas, pueden ser una buena alternativa.
Los pantalones suelen ser una de las prendas favoritas durante el embarazo, pero antes de comprarlo debemos tener en cuenta algunos detalles que nos puedan ayudar a elegir: el tipo de tejido (mucho mejor si es de lycra, elástico o que se adapte a nuestro cuerpo sin tiranteces ni agobios); también miraremos con lupa el tipo de sujección: si la cintura se va expandiendo a base de ojales y botones, si lleva un anexo para sujetar la barriga…), llevando mucho cuidado a la altura de la barriga, para llevarla bien protegida (siempre dependiendo de la época del año).
Vía | Consumer
Foto | Pequebebes
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