Sensación de soledad en verano: 5 factores que afectan a los niños

La sensación de soledad durante el verano no solo afecta a los adultos, sino que también puede generar un impacto en los niños. Más allá de la frecuente idealización de esta etapa, existen variables ante las que el verano puede suponer un vacío. ¿Cuáles son esos puntos que conviene valorar en relación con este aspecto?
1. Cambio de rutinas y, en ocasiones, ausencia de ellas
Las rutinas del curso, aquellas que generan arraigo, costumbre y seguridad, desaparecen. Ese cambio de rutinas puede ser muy drástico y, en ocasiones, derivar en una ausencia de previsión o costumbres establecidas. La gestión del tiempo y la forma de organizar el calendario también influye en el estado de ánimo.
2. Cambios en las relaciones sociales
La soledad se alinea directamente con la compañía. Sin embargo, en relación con el valor de los encuentros, los planes y las relaciones interpersonales, también se producen variaciones significativas. Por ejemplo, es habitual que se corte el contacto durante días o semanas con personas que, por el contrario, forman parte del paisaje habitual del niño o el adolescente durante el verano.
3. Sociedad que tiende hacia el individualismo
Aunque los valores de la colaboración, la ayuda y el apoyo mutuo estén muy presentes en las familias, también existe otra perspectiva a nivel social: el individualismo. O el cambio de tendencias en relación con los juegos en la infancia, que también son cada vez más individualistas. Por ejemplo, los niños pasan más tiempo en casa, pero disfrutan de poco tiempo de juegos en la calle.
4. El vacío que queda cuando lo habitual da paso a un espacio que está por crearse
El verano también puede dejar una sensación de vacío cuando lo conocido da paso a un tiempo que está por definirse y crearse. No solo en relación con la gestión del tiempo, sino también de aquellos lugares en los que el niño participa habitualmente o aquellas personas con las que interactúa a lo largo del año.
5. La soledad tiene una dimensión social en verano
La soledad tiene una dimensión social en cualquier época del año, sin embargo, se agrava durante el verano. Por ello, aunque puede impactar con más intensidad en personas mayores o quienes atraviesan circunstancias concretas que potencian su vulnerabilidad, los niños también pueden sufrir en mayor o menor grado esta realidad porque su impacto es holístico en el contexto actual. Cuando el verano tiende a percibirse desde una imagen estereotipada, parece un tiempo de felicidad, bienestar, plenitud y alegría. Sin embargo, hay que considerar otras muchas realidades.
Generalmente, la sensación de soledad no se presenta como consecuencia de un único factor adverso, sino que es la suma de diferentes variables que incrementan la vulnerabilidad, la desprotección y el riesgo.
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