Separación terapéutica: qué beneficios ofrece a parejas con hijos
El divorcio marca un cambio en la vida de pareja, pero también en el plano familiar. Por tanto, es una decisión que se debe comunicar a los niños. Sin embargo, antes de tomar una decisión definitiva al respecto, existe otra opción que es posible tener en cuenta: una separación temporal. Es decir, es un periodo de tiempo que tiene un fin terapéutico.
Los miembros de la relación siguen vinculados durante este proceso: se comprometen con un objetivo común. Quieren profundizar en las causas que han derivado en el desgaste de la relación para afianzar nuevamente el lazo entre ambos. Pero no es la única opción posible: quizá ambos lleguen a la conclusión de que, definitivamente, quieren firmar el divorcio. Los ejemplos anteriores tiene consecuencias significativas en el proyecto de vida familiar.
Una separación temporal no se adapta a todas las circunstancias
Una separación temporal no comienza como un camino que tiene una duración indefinida. Es decir, suele concretarse un periodo aproximado para la reflexión. Por otra parte, es habitual que ambos comiencen una terapia de pareja. De este modo, cuentan con el asesoramiento especializado de un experto en psicología. La separación terapéutica no consiste en dejar que pasen los días esperando que las cosas se solucionen por arte de magia. Por el contrario, ambos adoptan un papel proactivo durante esos meses. Es decir, se implican en la búsqueda del bien común y de su bienestar individual.
Durante este periodo de reflexión pueden adentrarse en múltiples aspectos de la relación y de la vida familiar: causas que han deteriorado la convivencia, cambios deseados en el futuro, acuerdos que quieren llevar a cabo, sentimientos experimentados con más frecuencia… Una separación terapéutica ha sido planificada de forma consciente. Se presenta como una oportunidad significativa frente a la alternativa de un divorcio.
¿Qué beneficios ofrece una separación terapéutica a parejas con hijos?
En primer lugar, permite observar los conflictos cotidianos y los sentimientos desde un ángulo diferente. Cada uno adquiere una mayor distancia respecto a la observación de la rutina previa. Pero, además, la pareja no está sola durante este proceso, sino que cuenta con la ayuda de un experto en psicología.
Las certezas y conclusiones alcanzadas al final de este periodo son esenciales para resolver las dudas que, con frecuencia, tienen aquellas parejas con hijos que no saben qué decisión es la más acertada. Un divorcio es un paso importante. Por tanto, es esencial clarificar cualquier punto antes de dar el paso definitivo.
Por otra parte, la separación terapéutica es clave para profundizar en el vínculo de pareja desde la perspectiva del entendimiento, la comunicación asertiva, el respeto y la colaboración. Es decir, puede ser muy positiva incluso cuando ambos toman la decisión de separarse para siempre. Ofrece recursos y herramientas esenciales para mantener un vínculo positivo que repercute directamente en los hijos.
La sinceridad es uno de los pilares básicos en una separación terapéutica. Es decir, las expectativas y objetivos de ambos deben quedar perfectamente clarificados durante el plan de acción. Ambos han llegado a una situación de desgaste a partir de diferentes factores. Pero adoptan un papel proactivo para propiciar la búsqueda de una solución. Y conviene puntualizar que quizá el divorcio sea la solución definitiva. Pero no es una decisión que, en este contexto, se adopta desde el resentimiento.
Con frecuencia, el trabajo, la rutina, la vida familiar, las ocupaciones y otros aspectos diarios no dejan el espacio necesario a las parejas para centrarse en sí mismas y en su propia relación. La separación terapéutica, por el contrario, crea las condiciones necesarias para ello. Del mismo modo, ambos siguen cultivando el vínculo con sus hijos durante este periodo.
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