Una de las tareas básicas de los padres es cuidar de la seguridad de nuestros niños en todo momento. Evitar que se hagan daño, protegerles ante las adversidades e intentar que sean respetuosos con las normas, son sólo unas pocas nociones que han de servirnos para que nuestros hijos vayan creciendo en una sociedad donde los accidentes están al cabo de la calle.
Hoy nos referiremos al riesgo que existe cuando los niños se tragan un imán. Si bien es cierto que la mayoría de los objetos tragados se expulsan, estos podrían causar lastimaduras o fístula. Por esa razón, los pediatras aconsejan extremar la vigilancia evitando darle juguetes pequeños.
Según ha informado el fiscal jefe de Seguridad Vial, Bartolomé Vargas, los castigos para los padres que infrinjan las normas de seguridad para sus hijos en la carretera serán penados de forma mucho más dura que hasta ahora. Cárcel o retirada de su custodia, son sólo algunas de las alternativas que propone esta entidad para que los padres, por fin, seamos más responsables en el volante.
Y seguimos dejando algún que otro consejo para evitar que nuestros niños encuentren los mil peligros que puede encerrar un lugar tan habitual y necesario en los hogares como la cocina. A poco que estemos un tanto atentos, seguro que conseguimos evitar accidentes innecesarios.
Ya hemos visto como la cocina puede ser una zona altamente peligrosa cuando estamos con los bebés. Por eso debemos llevar sumo cuidado para que no se produzcan accidentes que pueden ser evitados, sólo aplicando algunos trucos que nos lleve a controlar el exceso de curiosidad de nuestro pequeño.
Una de las zonas más visitadas de la mayoría de hogares es la cocina. Lugar donde procesamos los alimentos, también de encuentro entre la familia y en el que los pequeños de la casa encuentran mil y un detalles a los que echarle el guante. Es por esto que debemos ser sumamente cuidadosos a la hora de guardar y proteger la seguridad de los niños.
Ya hemos visto, en otras ocasiones, como la mejor forma de educar a nuestros hijos es a través del ejemplo, y hacer de ellos unos buenos peatones no iba a ser menos.
Las prisas, el exceso de confianza o que apenas si reparamos en la responsabilidad de nuestros actos, nos llevan a pasar demasiadas cosas por alto cuando transitamos por las ciudades. Educar a nuestros niños debe ser una obligación tan necesaria como alimentarles o cuidar de ellos cuando se encuentran enfermos.