El mundo de Internet es toda una ventana abierta de par en par hacia el día a día del ser humano. Cada gesto que ocurre en nuestra vida, cada duda o cualquier tipo de entretenimiento, podemos encontrarlo en este imparable universo que nos ofrece todo, o casi todo, lo que necesitemos o busquemos. Un paraíso sin fronteras del que, por desgracia, no siempre se hace el mejor uso.
Una de las tareas principales de nuestra labor como padres es educar a nuestros niños. Algunos piensan que la educación es sólo enseñarles a diferenciar entre vocales y consonantes; sumar sin contar con los dedos, o las capitales, a veces complicadas, del mundo. Estos conceptos son los que los mismos maestros les irán enseñando de forma paulatina a lo largo de su vida escolar. Pero ¿cuál es esa educación que nos toca a los progenitores?
Hemos leído, en varias ocasiones, la cantidad de niños que se quedan sin plaza escolar en estas edades por que no hay centros suficientes para ellos. A pesar del descenso de la natalidad y de la situación de crisis actual, las guarderías aparecen como un negocio con mucho futuro.
Ya ha empezado el colegio, las vacaciones estivales han terminado, y de nuevo nos toca retomar la rutina entre tareas, trabajos y ejercicios que, a menudo, resultan unos verdaderos galimatías. Aunque cada centro escolar tiene sus propios planes de estudio, raro es el que no incluye los deberes para realizar en casa, a fin de consolidar lo aprendido en clase y ayudarles a avanzar de una forma mucho más rápida y segura.
El coaching es un área reciente que tiene gran éxito en el ámbito de la ayuda y de la superación personal. El coach es un entrenador que orienta al coachee (cliente) en la consecución de metas que para él son importantes. Dentro de estos objetivos, algunos padres pueden tener la meta de querer educar a sus hijos en el éxito, es decir, en la felicidad. En última instancia, en la relación de educación, el propio padre puede establecer el rol de coach con su hijo. De este modo, los padres pueden hacer reflexionar a sus niños a través de las preguntas.
Elegir el nombre de nuestro hijo es la primera decisión trascendente que tomamos por él. No debería hacerse sin pensarlo un poco, por muy claro que lo tengamos. Hay que probar si suena igual de bien seguido de los apellidos, si nos gusta para un adulto, si es muy complicado y el niño tendrá que estar siempre deletreándolo o si es demasiado común y no lo usará casi nunca.
Según un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences, los niños que a los tres años demuestran tener autocontrol, tendrán mayores posibilidades de tener éxito en la vida. Por el contrario, aquellos que a esta edad no muestran autocontrol, serán más propensos a tener conductas de riesgo, como abandonar el colegio, tener problemas financieros o con la ley.
Hay estudios que relacionan los hábitos de la madre antes de quedar embarazada con la salud o el desarrollo del futuro hijo. Incluso algunas prácticas del padre antes de buscar al bebé pueden beneficiarle o perjudicarle. También hablado muchas veces del peligro de beber alcohol durante la gestación, a pesar de que aún hay quien piensa que un poco no hace daño. Una nueva investigación apunta a que beber alcohol cuando se inicia un tratamiento de fertilidad limita las posibilidades de embarazo.
¿Quién vive en la piña del fondo del mar? Estoy segura de que una espectacular mayoría puede contestar a esta pregunta. Y es que Bob Esponja sigue siendo el rey de los canales temáticos de la Televisión Digital Terrestre (TDT). Una serie animada que no sólo siguen los niños sino también muchos adultos. Todos ellos unidos por las locas aventuras de una esponja marina con corbata y pantalones que tiene por mascota a un caracol que sólo sabe maullar.
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