Es cierto que a simple vista no podemos encontrar relación entre un pequeño con problemas cardiacos y la Fórmula 1, pero al parece se usa el mismo sistema para evaluar el desempeño de los coches que el que usan los médicos del Hospital para Niños de Birmingham (Reino Unido).
Vivimos en un mundo que necesita la solidaridad constante. Desgraciadamente, son muchas las carencias que se sufren y son los niños, por regla general, aquellos que más perjudicados salen de unas actuaciones desequilibradas e injustas. Por eso cualquier gesto, por nimio que pudiera parecer, nos resulta un gran paso de gigante en el inmenso mundo del cuidado infantil.
Hoy se celebra un día muy especial en relación con la salud: el Día Mundial contra el Cáncer. Por suerte, esta enfermedad cada vez tiene un mayor porcentaje de curación, gracias a la concienciación social, a la prevención y al avance de la ciencia médica. La enfermedad no entiende de edad, es decir, también existen casos de diagnóstico de cáncer en niños.
Sabemos que un libro es un buen pasaje hacia mundos increíbles desde donde dejar volar nuestra imaginación. Evadirnos de una realidad que, a menudo, nos resulta difícil o inmiscuirnos en historias que, aunque a simple vista nos sean ajenas, acaban formando parte de nuestro propio ser, es uno de los objetivos que nos ofrece la literatura, algo que los niños conocen bien y que, afortunadamente cada día aprovechan con más éxito.
Los niños que tienen que pasar alguna temporada ingresados en un hospital, por el motivo que sea, tienen, en la mayoría de los casos, la posibilidad de seguir con sus estudios desde el propio centro. Las cosas actualmente son muy fáciles, hay concienciación sobre la importancia de mantener la rutina de los niños con la mayor normalidad posible y sobre todo hay muchos medios técnicos y humanos.
Es habitual que los niños tengan miedo a la hora de ir al médico. Por ello, destaca la iniciativa tan especial llevada a cabo por un grupo de estudiantes de la facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid. Para que los niños puedan tomar una actitud más positiva a la hora de ir al médico nada mejor que organizar un juego muy educativo con el que los niños no sólo aprenderán sino que también se divertirán.
Una de las situaciones más dolorosas a las que se tiene que enfrentar un niño que ha de someterse a un trasplante de médula ósea, más allá de los propios problemas físicos, es a la avalancha de interrogantes, dudas y arcanos conceptos que resultan casi imposibles de comprender para su, todavía incipiente, mente infantil. También para los padres resulta ser una difícil tarea en la que, en la mayoría de los casos, quedan atrapados entre constantes preguntas de las que desconocen su respuesta.
Valencia tiene desde hace menos de un mes un nuevo hospital que pretende ser un centro de referencia en Europa. El Nuevo Hospital La Fé sustituye al antiguo porque quedó obsoleto, a decir de los que entienden. Si el anterior era el segundo mayor de España en cuanto a número de camas, este es el más grande de Europa en superficie. Son 260.000 metros cuadrados de nuevas instalaciones, habitaciones individuales, quirófanos enormes de última generación, más de 6.000 trabajadores, y una inversión de 380 millones de euros.
Bastante doloroso resulta para un niño enfermo tener que pasar por la triste experiencia de los hospitales. Cierto es que cada día van mejorando y humanizándose, no sólo en el trato al paciente, si no también en ofrecerle un entorno agradable con el que ayudarle, aunque sólo sea anímicamente, a superar este doloroso trance.
No hay nada más triste que un niño ingresado en el hospital alejado de su rutina, del mundo exterior y de la cercanía de sus padres, familiares y amigos. Lamentablemente son muchos los pequeños que tienen que pasar largas temporadas bajo el techo de un sanatorio a fin de ser curados, debidamente, de diversas enfermedades de mayor o menor gravedad.
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