Los planes en la piscina forman parte de momentos refrescantes del verano. La piscina puede ser vista como un espacio ideal por el entretenimiento que ofrece. Sin embargo, la seguridad es una cuestión prioritaria en estos espacios de verano. Una jornada de piscina es uno de los planes para hacer con niños en vacaciones. ¿Cómo incrementar la seguridad en la piscina?
Hoy te daremos algunos consejos para que los niños puedan aprender a nadar. Es muy importante que aprendan a hacerlo desde pequeños, además de ser una buena actividad es una manera de garantizar su seguridad.
Según un estudio que ha publicado y realizado AVG los niños saben más de tecnología que de otras tareas más manuales. Los datos se extraen de una encuesta a madres de niños entre 2 y 5 años, en diez países (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Francia, Italia, Alemania, España, Japón, Australia y Nueva Zelanda). Las preguntas eran sobre el manejo de tecnología y algunas habilidades básicas en los niños.
La natación en los bebés es algo muy natural. De hecho el líquido es el único medio que conocen antes de salir al mundo exterior, por lo que no es extraño que se encuentren a las mil maravillas en este elemento desde bien chiquitos. Los miedos, por desgracia, los adquirimos después.
La otitis externa no es exclusiva de los nadadores, también puede producirse por tener un eccema, la piel muy seca, por rascarse o introducirse algo punzante en el oído. Pero se conoce como otitis de nadador o de la piscina, porque es típica en los niños que pasan mucho tiempo en el agua, y por tanto es muy frecuente en verano. Es la inflamación de la piel de la entrada del oído provocada por un microorganismo, normalmente una bacteria o un hongo.
De todas las niñas que van a clase de natación con la mía, tan sólo dos utilizan culotte, culetín o la parte de abajo del bikini, como queraís llamarlo. El resto, y hablo de menores de 6 años, llevan bañador entero. Cuando le apunté pregunté por las normas, y la única es que deben llevar gorro en toda la zona de la piscina. Una medida higiénica que me parece de lo más normal, pero que me hizo temblar hasta que ví que los tiempos han cambiado. En mi época el gorro era el de nadador, casi incompatible con la melena por los tirones que daba. Ahora es más práctico y llevan unos gorritos que no dan tirones, fáciles de poner, que evitan que se salga el pelo pero no que se empape.
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