Una de las diversiones que podemos ofrecer a nuestros niños y que, seguro, les encantará es el teatro. Pero si además de ofrecerle un divertido espectáculo, también les invitamos a sumergirse en la literatura más clásica, entonces estaremos consiguiendo un objetivo doble, animándoles a que se interesen por los grandes valores de nuestras letras.
Dentro de las diversiones que podemos ofrecer a nuestros niños se encuentra el teatro. A menudo los padres piensan que sus peques no van a disfrutar con una forma de ocio que, parece, está destinada a los adultos. Pero eso es porque no han disfrutado de uno de esos espectáculos donde los más pequeños, incluso siendo todavía bebés, descubren un infinito universo de estímulos y emociones que produce la cercanía de una aventura en la que, en muchos casos, son también protagonistas.
Seguro que muchos papás siguen asustándose cuando les invitan a asistir al teatro con sus bebés. El teatro, ese gran espectáculo donde vemos y disfrutamos de la humanidad en todo su esplendor, ¿cómo puede ser apto para los más pequeños? Sin duda subestimamos a nuestros hijos, pensando que no van a tener la capacidad suficiente para conectar con ese mágico mundo que se hila sobre el escenario.
Una de las actividades más divertidas, y a la vez educativas, que podemos compartir con los niños durante el tiempo de ocio es el de ir al teatro. Afortunadamente son muchas las salas que ofrecen una programación especial para ellos, consiguiendo que desde bien pequeños se acostumbren a ese entorno para ir moldeando unos adultos mucho más libres y críticos con el mundo que les rodea, pero también llenos de imaginación y creatividad.
No nos cansamos de decir que llevar a los niños al teatro puede resultar una experiencia mágica y llena de emociones. Tanto para los pequeños como para los adultos, el mundo teatral es una ventana abierta hacia nuevos universos en los que poder compartir y vivir situaciones distintas o cercanas, que nos van a causar todo tipo de sentimientos. Y si hablamos de niños, todavía lo son mucho más.
Son muchas las actividades que podemos compartir con los niños incluso aunque estemos en invierno y las temperaturas desciendan. Si bien resulta casi imposible salir al parque o a pasear por el campo, otras muchas posibilidades se abren en nuestro tiempo de ocio,una de ellas y que resulta especialmente divertida es ir al teatro.
Seguro que si preguntamos a la mayoría de padres cuál es la primera canción que enseñan a sus bebés nos saldría un gran número de aquellos que les cantan los "Cinco Lobitos". Una sencilla y divertida canción con la que los más chiquitines aprenden a mover su manita para regocijo y alegría de familiares y amigos. Es ahí cuando empieza una vertiginosa carrera hacia la creatividad en la que la música y la interpretación se convierten en la mejor forma de juego.
Estamos en plena temporada y los centros culturales y salas de teatro se llenan de buenas propuestas para disfrutar todos juntos. Circo, musicales, cuentos dramatizados o divertidas parodias, son algunas de esas obras que podemos encontrar para que los pequeños se acerquen a ese mundo mágico, cercano y muy especial de la escena.
La mejor forma de que nuestros niños aprendan es hacerlo a través de la diversión. Es necesario que los peques se formen a través de unos valores y respeto hacia su entorno, para conseguir que sean unos adultos responsables y cuidadosos, tanto con el resto de seres humanos como de la Naturaleza. Pero a menudo nos resulta complicado, a nosotros los adultos, encontrar las palabras adecuadas para hacerles llegar nuestro mensaje, así que nada mejor que actividades que les diviertan para conseguir nuestro objetivo.
Si hay una lectura ideal para estos días previos a la llegada de los Reyes Magos es, sin lugar a dudas, "Las Tres Reinas Magas" de la gran poetisa Gloria Fuertes. Se trata de un texto sencillo, divertido y lleno de humanidad que, como nos tiene acostumbrados la gran escritora de los niños, está salpicado de grandes dosis de humor, consiguiendo que su lectura, además de amena también resulte cómica, invitándonos a compartir en familia.
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