Los libros son buenos amigos de los niños en verano

Existen muchas metáforas que pueden utilizarse para describir lo que significa o puede llegar a significar un buen libro durante la infancia. Y la amistad puede convertirse en el término perfecto para describir la esencia de una buena historia. De este modo, además de los vínculos interpersonales que de forma directa protagonizan los niños durante la infancia, la capacidad de proyección a nivel personal también se manifiesta en la literatura.
Especialmente, cuando el tema, el enfoque, la evolución de la obra y el desenlace enriquecen el mundo del lector. Al igual que ocurre con un buen amigo, con el que se comparte juegos en la calle o divertidas aventuras durante el verano, el vínculo con un libro también se alimenta a través del paso del tiempo, con cada nueva página o cada relectura. Y esa amistad puede perdurar incluso a lo largo de la existencia, como ocurre cuando una historia de la infancia deja una huella especial en el corazón del lector.
Un libro puede convertirse en ese amigo que nutre la imaginación, la felicidad, la conexión con el presente, el autoconocimiento… Sin duda, existen factores que influyen en la calidad de esa amistad: la perfecta definición de los personajes, el carisma del protagonista principal, la relevancia de los personajes secundarios, la coherencia de la historia, la temática que trata, la calidad de la obra analizada desde una perspectiva holística…
Los libros inspiran y acompañan
Por ello, cuando regalas un libro a tu hijo o le acompañas a la biblioteca para descubrir ese universo de posibilidades que se enmarca las estanterías, también le sitúas ante el horizonte de la amistad desde un punto de vista metafórico, psicológico, cultural, humano… Y es que, los libros aportan un diálogo que trasciende más allá del yo, puesto que también conectan con distintas generaciones.
Los libros pueden ser grandes amigos de los niños durante el verano. Por ejemplo, pueden convertirse en una fórmula para viajar cuando una familia pasa el periodo estival en su rutina habitual. También se convierten en un buen complemento durante un viaje (en los desplazamientos en tren o en la estancia en el destino). Del mismo modo, ir a la biblioteca o visitar la librería es una actividad cultural que puedes compartir con tu hijo. Así como puedes poner en perspectiva la conexión que existe entre el mundo del cine y la literatura a través de películas que se han llevado a la gran pantalla.
Los libros alimentan la reflexión y la inspiración
Los libros son grandes amigos de los niños durante el verano porque abren puertas, alimentan la reflexión, se convierten en una inspiración. En definitiva, la literatura es un refugio que está repleto de personajes interesantes que, en muchos casos, se convierten en grandes referentes para los niños. Y el verano es la época perfecta para hacer nuevas amistades.
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