Método para solucionar conflictos en familia: nadie pierde

Método para solucionar conflictos en familia: nadie pierde

Escrito por: Maite Nicuesa    14 enero 2022     3 minutos

Resolver un conflicto en familia es un aprendizaje que puede apoyarse en métodos prácticos como el que comentamos en el post

Existen distintas formas de resolver conflictos en familia. Sin embargo, hay un esquema que resulta especialmente constructivo para encontrar soluciones: gano-ganas. ¿Qué ocurre cuando todos los implicados en una situación de conflicto perciben la decisión final como una ganancia individual y colectiva? En ese caso, aumenta la satisfacción con el desenlace. Y, en definitiva, nadie pierde. Por ello, esta fórmula se distancia de otra que también pueden producirse en el ámbito familiar: yo gano-tú pierdes. O, por el contrario, yo pierdo-tú ganas.

El método al que hacemos referencia en El Blog Infantil es democrático. Pero, además, también propicia la implicación, la colaboración y la coordinación para encontrar una solución adecuada para todas las partes. Eso no significa que este sea el modelo que debe utilizarse siempre y en todos los casos. Existen momentos en los que es el propio adulto quien toma una decisión porque tiene la autoridad para hacerlo.

Encontrar un acuerdo que sea positivo para todos

El método nadie pierde es valioso porque ofrece una propuesta para resolver un conflicto. En ocasiones, una familia puede llegar a sentirse estancada ante una dificultad o desbordada por dinámicas que se repiten cuando se presentan algunas situaciones habituales.

La búsqueda de un acuerdo que sea valioso para todos no solo conduce a un objetivo, sino que también aporta sentido al proceso de comunicación. Es un método que propicia la escucha, el respeto a las opiniones de los demás, la amabilidad y la asertividad.

Metodo Nadie Pierde Para Solucionar Conflictos Familiares

Generar alternativas de solución del conflicto

En ocasiones, es posible observar un conflicto de una manera lineal (como si la solución fuese aparente a simple vista). Pero conviene profundizar en torno a lo ocurrido para contemplar otras alternativas y analizar nuevas posibilidades. El método nadie pierde está alineado con esta expectativa porque se enriquece con las aportaciones de todos.

Los implicados en la situación mantienen el foco en el objetivo principal. Perseveran en el propósito de encontrar una propuesta que represente una ganancia para todos. Existen conflictos que son el resultado de una responsabilidad compartida. Cada persona ha colaborado de algún modo para llegar a esa situación. Y, por tanto, la solución del proceso también parte de la implicación de todos para generar cambios positivos.

La esencia de este método puede aplicarse a situaciones muy sencillas de la rutina cotidiana pero que pueden generar pequeñas tensiones. Por ejemplo, diferencias de criterio en torno a los planes del próximo fin de semana. En ese caso, el proceso de negociación puede centrarse en encontrar una idea que guste a todos o en desarrollar una planificación que esté alineada con las expectativas de adultos y niños.

El método nadie pierde alimenta la creatividad en padres e hijos para realizar propuestas. Pero, además, el modo en el que se percibe al interlocutor ante el conflicto es el de un colaborador. Es decir, la familia actúa como un equipo para lograr un fin que es positivo para todos.


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