
Las tardes empiezan a ser más cortas y la lluvia amenaza un día sí y otro también, pero aún es agradable estar en el parque jugando con los amigos. Continuamos, por tanto, recordando alguno de los juegos tradicionales, a los que casi todos hemos jugado y que ya es dificil ver en las calles, Pies quietos. Sólo es necesaria una pelota, un grupo de niños y un espacio amplio.
Nuestros niños no juegan al aire libre, no van al campo, no juegan con la tierra ni atrapan saltamontes. Según explica el doctor José Antonio Díaz Huertas, presidente de la Sociedad Española de Pediatría Social, en El Mundo, "El niño necesita estar en contacto con la naturaleza para su desarrollo. Necesita pasar frío, calor, sudar, descubrir los insectos... Si piensa que la leche o los huevos vienen del supermercado, le faltará una parte importante para comprender todo el ciclo biológico".
Goya dejó plasmada la forma de jugar a la gallina ciega en unos cartones de 1789 y cuyo boceto puede verse en el Museo del Prado de Madrid. Enseñarles o recordarles este juego, puede servirnos también para introducir a nuestros niños en la obra de uno de los maestros de la pintura y de paso en la historia de España.
Si pensabas que el furor por las imágenes en 3D se limitaba al cine estabas totalmente equivocado. Las tres dimensiones se han convertido en una experiencia a agregar a casi todas las cosas divertidas que suelen hacer los más jovencitos. Ahora os presentamos unas tizas de colores, las de toda la vida, que producen unos efectos en 3D.
El pañuelo es uno de los juegos tradicionales que más se sigue jugando hoy día, ya que muchos profesores de educación física lo incorporan a sus clases y es muy típico en los campamentos y reuniones similares. Al ser un juego de equipo, fomenta la amistad, la complicidad y el compañerismo entre los niños. Además harán algo de ejercicio, en este caso se valora la rapidez en carrera y los reflejos.
Ya sabemos la importancia que tiene la educación vial en los niños, ya que se trata de algo que ya se les queda impregnado para el resto e su vida. De esa educación puede depender un día la vida de los que ahora son los más pequeños de la casa. Concienciados de ello, son muchas las autoridades de diversas partes de España que, cada vez con más frecuencia, ponen en marcha campañas de educación vial.
Este juego es un poco más tranquilo que los que ya os hemos contado, al menos hasta que te toca el turno de correr. A la zapatilla por detrás es un juego de grupo que puede ser ideal para las horas de más calor, porque hay muchos ratos de descanso. Es adecuado para todas las edades, aunque los pequeños pueden necesitar un poco de ayuda.
Uno de los juegos tradicionales que más dientes han costado a los niños de muchas generaciones es Pídola. Unas veces era por calcular mal el salto y otras porque el burro o la madre se levantaba antes de tiempo. Sin embargo, también es de los más jugados y de los que más horas de diversión y ejercicio proporcionaban.
Siguiendo con nuestro repaso a algunos de los juegos tradicionales que ya no se ven por las calles, hoy recordamos como se jugaba a Churro, mediamanga, mangotero. Quizá es un poco bruto para los niños de hoy, tan cuidados y vigilados. Pero los de mi generación y anteriores lo pasamos en grande. Por si no recuerdas como se juega, intentaré explicarlo, aunque siempre es mejor jugarlo.