Existen conceptos demasiado complicados para que los niños puedan entenderlos de una manera inmediata. Es por ello que debemos simplificarlos, modelarlos y hacerlos asequibles a su mente y, especialmente, a su comprensión emocional. La enfermedad grave, la muerte o las limitaciones de salud, son realidades cotidianas con las que nos tenemos que enfrentar y no siempre sabemos de que modo hacerlo.
Lo cierto es que en el plano académico, los profesores hablan en exceso de contenidos teóricos, de pruebas y de datos. Sin embargo, tal vez, también deberían hablar más de emociones para que una persona no sintiera dentro de sí misma la sensación de fracaso al suspender un examen. Lo cierto es que suspender un examen no es un drama a ninguna edad. Pero a veces, la actitud que adopta la persona frente a esa circunstancía sí es dramática y exagerada. Suspender un examen puede enseñar a cualquier niño en su camino hacia la adolescencia que ningún alumno se mide por la nota que obtiene en un examen.
Cuando ya alcanzan los 7 años de edad su carácter se volverá más tranquilo, aprendiendo a controlar mucho mejor su comportamiento. Además, intentarán realizar por sí solos los hábitos de limpieza que venimos enseñándoles desde hace tiempo. Intentarán bañarse o vestirse, pero aun en esta etapa necesitaran un poco de nuestra ayuda.
Traer un hijo al mundo no sólo implica estar pendiente de su salud, su crecimiento, crearle buenos hábitos, cuidarle y mimarle ante las adversidades y procurarle una educación con la que, el día de mañana, pueda defenderse y vivir dignamente frente a la vorágine del mundo. También, aunque muchas veces no le prestamos demasiada atención, debemos ser cuidadores de sus emociones y, para poderlo hacer bien, lo mejor es acompañarlos en ellas.
Tratar las emociones en el ser humano sigue siendo una de las tareas pendientes de la medicina, por ello, cada vez con más asiduidad, se acude a otros tratamientos alternativos que puedan ayudar y reconducir esos estados apáticos de los que difícilmente podemos salir a flote sin un empujoncito de energía. Mucho más si se trata de la infancia ya que tendremos que ir adivinando sus carencias y tristezas a medida que veamos sus reacciones día a día.
Normalmente los niños se caracterizan por ser muy activos y muy despiertos pero en ocasiones pueden variar sus conductas volviéndose más tímidos y retraídos. Cuando la conducta persista es aconsejable visitar al médico para descartar que el problema sea físico. Descartado esto nos quedará pensar que las razones son psicológicas.
Parece que la influencia de la madre en el niño llega incluso a su salud, y no nos referimos a la dieta que le de o que vigile que duerma las horas suficientes. Las emociones de mamá y el tipo de actitud frente a la maternidad pueden empeorar el asma de sus hijos. Así se desprende de un estudio publicado en la revista BioPsychoSocial Medicine por el equipo de Jun Nagano del Institute of Health Science de Japón.
En varias ocasiones te hemos hablado acerca de lo bueno que resulta para nuestros hijos tener un contacto directo con la música. Recientemente te hemos sugerido para este verano la opción de realizar un taller de música. Hoy te contaremos que se aprenden en estos talleres y que aporta en su vida.