Sucede que, algunas veces, nuestro niño desarrolla un importante miedo hacia los perros. En algunas ocasiones puede derivarse después de haber tenido una mala experiencia siendo muy pequeños: un repentino susto ante un ladrido o que el propio animal le haya gruñido ante una situación anómala. En otras ocasiones somos nosotros o alguien cercano a la familia el que siente ese temor y, de algún modo, se lo transmite al pequeño. Pero, por regla general y en la mayoría de los casos, sólo se trata de un miedo que surge de la nada y que tal como ha venido se marcha sin más.
Las historias sobre perros que hablan y son un poco desastre pero adorables, son un argumento recurrente de Hollywood. Pero, por muy revisadas que estén este tipo de películas, a los niños les siguen gustando. Este fin de semana se ha estrenado en los cines Marmaduke. La película es la adaptación al cine de una conocida tira cómica del mismo nombre, creada en 1954 por Brad Anderson.
El último caso ha sido el de un presa canario que ha matado a un niño de cinco años en Burgos. Esta misma semana un pit bull mató a un bebé de tres años en Santa Cruz de Tenerife. Hace un mes fue otro pit bull, en este caso de la propia familia, el que mató a otro pequeño, y entre medias ha habido tres ataques más, a dos niños, un perro mestizo sin dueño a un niño de Lugo y un Rottweiler a una pequeña en Alicante, en ambos casos con heridas y lesiones. Y también ayer un padre ha perdido un ojo al acercarse a un boxer para convencer a su hijo de que no tuviera miedo, porque no hacía nada.
Como ya os contamos en otra ocasión, hay un 20 por ciento de los niños mayores de cinco años que tienen problemas para pronunciar el fonema R. Una enfermedad que se denomina rotacismo. Una de las formas para mejorar este problema es ejercitar los músculos de la boca y colocar adecuadamente la lengua para pronunciar esta letra mediante ejercicios diarios.