La publicidad se ha convertido en el modo más inmediato, y también agresivo, de conseguir que nos convirtamos en fieles consumidores de cualquier producto. En las vallas de las carreteras, en Internet o continuamente en televisión, nos están bombardeando con esa imperiosa "necesidad" de comprar, sea cual sea el objeto, incluso aunque resulte totalmente inútil e innecesario.
En la televisión, en Internet, en las vallas de las carreteras o al abrir cualquier revista, nos topamos continuamente con anuncios publicitarios dedicados al público infantil. Es así como les empujamos a que consuman y pidan aquellos productos, dirigidos exclusivamente para ellos pero que si los analizamos con detenimiento, nos damos cuenta que no son tan sanos como pudieran parecer.
Uno de los grandes problemas sanitarios a los que nos estamos enfrentando los países desarrollados, es al de la obesidad. A lo largo de las últimas décadas, el número de personas con sobrepeso ha aumentado de forma alarmante, llegando a convertirse en una auténtica epidemia cuyas consecuencias ya son preocupantes.
Una de las formas de ocio y diversión que tienen nuestros niños, a lo largo de toda su infancia, es disfrutar del juego al aire libre. En un parque, en un recinto lúdico de la ciudad o en el campo, además de disfrutar del sol, las buenas temperaturas o los elementos que nos ofrece la Naturaleza, también interactúan con otros niños, permitiendo que su círculo social se amplíe.
Jamie Oliver es un afamado chef británico que, gracias a la BBC, se convirtió en un cocinero influyente; ya hace años que, además se preocupa por la nutrición de los niños en edad escolar, y es conocida su ‘lucha’ contra la comida basura. Según leemos en este artículo del octubre pasado, propuso ante un comité parlamentario, seguir el ejemplo de México y aplicar una tasa / impuesto del 20 por ciento sobre las bebidas con azúcares añadidos. No es para menos la preocupación que muestra este personaje público que - afortunadamente - es muy influyente.
Recientemente el Consejo Audiovisual de Cataluña (CAC) presentaba un análisis sobre estereotipos de género representados en la publicidad televisada sobre juguetes. Los datos proceden de los anuncios emitidos en la Navidad 2014 / 15, y se ha observado que - a pesar de que el nivel de estos estereotipos ha disminuido respecto de capadas anteriores - sigue existiendo un tratamiento poco igualitario.
Cualquier niño conoce los Bollycaos, los Donuts o los Dokyos, bollería industrial que seguro han probado alguna vez. Aunque es cierto que no hay que excederse en el consumo de estos productos, es normal que en ocasiones especiales dejemos que nuestros pequeños los tomen e incluso los adultos (entre los que me incluyo). Pero este no es el tema de actualidad, sino la última campaña que Panrico ha puesto en marcha para promocionarlos.
Por tercer año consecutivo la empresa de dulces Migueláñez lanza su campaña solidaria "Sonrisas Dulces" a fin de paliar los efectos que el cáncer está causando entre los niños. En esta ocasión la entidad que recibirá los beneficios será Asociación Pablo Ugarte. Asociación creada por unos padres que sufrieron las graves consecuencias de esta enfermedad en su propio hijo, con ella pretenden ayudar y apoyar la investigación, al mismo tiempo que a todas las familias y niños que estén pasando por este doloroso trance.
Cada año al llegar los catálogos de juguetes experimento la misma rabia, desbordan sexismo y estereotipos. Solo conozco una excepción, pero aún no he visto el catálogo de este año y no quiero adelantarme. Páginas rosas para las niñas, neutras para los bebés y rojas, verdes o azules para los niños. Inconscientemente los colores ya nos están derivando hacia un tipo de juguete para cada sexo, y los niños lo aprenden rápido. Saben que si les gusta uno de un color equivocado se están saliendo de las pautas establecidas. No son juguetes sexistas, son juguetes sexuados, que es muy triste.
Campamentos de surf para niños en Galicia durante el verano 
Decorar una habitación infantil con vinilos 
Visitar Disneyland París en familia… ¡Una gran excusa para disfrutar la Semana Mágica!