La salud de los huesos en los niños

La salud de los huesos en los niños

Escrito por: Sacra    18 enero 2010     2 minutos

Es importante que, desde bien temprano, acostumbremos a nuestros niños a llevar hábitos de vida saludables a fin de conseguir una perfecta salud ósea. Es entre los 25 y 30 años cuando nuestros huesos llegan a su máxima densidad y fortaleza por lo que es básico que hayamos creado, en nuestros hijos, una rutina alimentaria y de ejercicio físico, para conseguir desterrar los problemas futuros que pueden venir con la osteoporosis a raíz de unos huesos frágiles y quebradizos.

Pero ¿qué cosas podemos hacer para que sus huesos se mantengan en perfecto estado de salud?… Básicamente son dos los puntos de referencia los que debemos tener en cuenta: la alimentación y el ejercicio físico, con ambos incluidos en nuestra rutina, difícilmente vamos a sufrir de posteriores problemas óseos.

Los nutrientes que más ayudan a tener unos huesos sanos son el calcio y la vitamina D. Esta última es también conocida por la vitamina del sol y es la que ayuda al cuerpo a la absorción del calcio. En cuanto al calcio, la fuente más común donde encontrarlo es en la leche y sus derivados, pero también son muchos otros los alimentos en los que se encuentra y que son importantes para mantener una dieta equilibrada y sana. Repollo, brécol o almendras, tienen gran cantidad de este nutriente. Además, en la actualidad, podemos encontrar otro tipo de alimentos reforzados con calcio.

Pero también es importante, además de la alimentación, que nuestros niños abandonen el sedentarismo y se animen a hacer algo de deporte. Igual que los músculos, los huesos sólo se fortalecen a medida que los ponemos en movimiento, por lo tanto hay que enseñar a los niños a disfrutar con la actividad física. Algunos de los deportes y ejercicios que ayudan a mantener unos huesos fuertes son: el baile, el voilebol, tenis, baloncesto, gimnasia, camina, correr, fútbol, esquiar, saltar a la comba, senderismo, etcétera.

Y, como siempre decimos, lo mejor para enseñar es predicar con el ejemplo, así que lo ideal es ponernos manos a la obra y empezar a cuidar nuestro esqueleto para conseguir dos objetivos: unos huesos sanos para nosotros y la mejor opción educacional para nuestros hijos.

Vía | Guía Infantil