El Bocadillo: una comida completa y con mucha imaginación

El Bocadillo: una comida completa y con mucha imaginación

Escrito por: Sacra    6 febrero 2010     2 minutos

Durante mucho tiempo se ha tenido la idea preconcebida que el bocadillo era un alimento cargado de calorías innecesarias y cuya ingesta no era recomendable, sobre todo, dentro del mundo de la infancia. Pero si, además, unimos a esta errónea idea la clásica y rutinaria forma de prepararlos, también nos encontramos con que, pronto, el niño va a rechazarlos abiertamente o, como suele suceder en la mayoría de los casos, el pan acaba en la papelera y sólo el alimento del interior es consumido con mayor o menor gana.

Lo cierto es que el bocadillo sigue siendo una merienda ideal para los niños pero, para ello, debemos combinar convenientemente los ingredientes para que los grupos nutrientes más importantes estén representados en él. Hidratos de carbono complejos, vitaminas y proteínas y fibras son el pilar básico que hará de nuestros bocatas un plato exquisito con el que alimentar adecuadamente a nuestros pequeños.

Si lo pensamos bien, los bocadillos pueden ser la excusa perfecta para aquellos niños que presentan cierto rechazo a algunos alimentos. Si tu pequeño es reticente a tomar ensalada o verduras, la merienda puede ser un momento ideal para introducirle estos nutrientes: lechuga picada, zanahoria rallada, tomate a cuadritos, combinado con otros ingredientes, atún, jamón york, mayonesa… harán que, junto al pan, entren cómodamente, con mucho sabor y sabiendo que están comiendo de forma equilibrada.

El tipo de pan que podemos utilizar puede ser de cualquiera de los tipos que hay en el mercado: blanco, baguette, integral, de molde, … Y los ingredientes que lo «rellenen» son infinitos: verduras, embutidos, carnes, pescados, tortillas, ensaladas, salsas de todo tipo… También resulta un buen recurso para aprovechar las sobras que nos quedan de otros platos: algunos trocitos de carne o pescado, restos de la ensalada…

Otro de los beneficios del bocata es su facilidad de preparación, tanto es así que podemos pedir al niño que nos ayude en su elaboración, puede ser el principio de su incursión en la cocina para ir, poco a poco, convirtiéndose en un «imaginativo e incipiente chef».

Vía | Con mis Hijos
Imagen | El delantal verde