Mi hijo no me escucha ¿qué hago?

Mi hijo no me escucha ¿qué hago?

Escrito por: Sacra    29 enero 2015     2 minutos

Uno de los grandes problemas a los que se enfrentan las familias es el de la comunicación. Es importante que desde bien pequeños les acostumbremos a que nos cuenten sus problemas, sus dudas y compartan con nosotros esos instantes felices y de sorpresa que se le irán presentando a lo largo de su vida. No es bueno que esperemos a que sean adolescentes para obligarles a que nos hablen, ésto saldrá solo si hemos conseguido un hábito desde que que son pequeños. Además, como siempre decimos, nada mejor que el ejemplo para que ellos se habitúen a contar, también, sus cosas.

Pero en muchas ocasiones esta comunicación no se produce. No nos escucha, está distraído o ha adoptado una postura de rebeldía total. Entonces ¿qué podemos hacer? Aquí te dejo unos trucos para conseguirlo con sencillez.

Asegúrate que presta atención. Antes de empezar a hablar con tu hijo ten la seguridad que te está escuchado y concentrado en tus palabras, en un ambiente tranquilo y sin distracciones.

Ponte a su nivel. Es importante que las miradas estén frente a frente y ambos os encontréis en el mismo nivel. Siéntate a su altura ya que, además de las palabras, los gestos y movimientos también son muy importantes para la comunicación.

Utiliza palabras claras y sencillas. Los adultos solemos usar, a menudo, palabras complicadas y enrevesadas para explicar ciertas cuestiones, esto no nos sirve con los pequeños si queremos que nos entiendan.

No mezcles ideas. Si tienes que darle varias órdenes, mejor que lo hagas de una en una, ya que si le enumeras varios conceptos a la vez, acabarán haciéndose un lío y quedarse, únicamente, con lo último que han escuchado.

Habla en positivo. Mejor si utilizas mensajes en los que imperen palabras positivas que negativas: «recoge tus juguetes» a «eres una desordenada con tus juguetes». Además nunca está de más que les expliquemos las consecuencias de sus actos y el porqué de nuestras órdenes.

Escucha a tus hijos. Si tú no escuchas a los niños ¿cómo quieres que ellos te escuchen? Piensa que ellos nos imitan y, por lo tanto, tienden a copiar nuestras acciones. Muéstrate interesado por sus cosas y pregúntale por ellas.

Vía | Consumer
Foto | Aquaticlub


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