
Aunque parece que hemos empezado a disfrutar de las vacaciones de verano, ya tenemos que tener la vista puesta en el próximo mes de septiembre que es cuando empiezan las clases en los colegios españoles. Preparar uniformes, material escolar o planificar sus actividades extraescolares, son algunas de esas tareas que, forzosamente, hemos de ir teniendo en mente.
Sabréis quizás que Roll’eat es una marca de referencia diseñando y fabricando envases reutilizables para alimentos, que además son sostenibles por que pueden ser utilizados muchísimas veces. De esta forma se evita recurrir a papel de aluminio o film de cocina, de un solo uso, que después generan residuos.
Estamos en época de fin de curso y en la mayoría de colegios los profesores preparan fiestas infantiles con las que despedir todo un año repleto de aventuras, obligaciones y, también, encuentros entre las familias. Bailes con los últimos éxitos discográficos, pequeñas obras teatrales imitando a los clásicos o divertidos juegos deportivos en los que mezclar habilidades físicas y emotivas, son sólo algunos de esos espectáculos especiales que nos ofrecen nuestros niños llegadas estas fechas.
A principios del verano de 2010, el Ministerio de Sanidad respaldado por las comunidades autónomas, acordó limitar la venta de ciertos alimentos en las escuelas de secundaria, y retirar máquinas expendedoras de alimentos y bebidas en centros de Educación Primaria con financiación pública (es decir, incluyendo los concertados). La intención era dificultar el consumo de los alimentos que se consideran ‘poco saludables’, entre los cuales están los muy azucarados, o con mucha sal, y por supuesto aquellos que contienen grasas ‘trans'.
Ir caminando hasta el colegio puede resultar una de las prácticas más divertidas y sanas que ofrecer a los niños. Mientras son muy pequeños debemos acompañarlos de la mano, enseñarles el modo de circular, a respetar las señales y a no despistarse ni un sólo segundo. Pero una vez ya tienen una cierta edad y esos conceptos están bien aprendidos, podemos dejarles que se dirijan solos a la escuela. Esto les ayudará a afianzar su seguridad y abrirles un nuevo camino en su independencia.
Ya ha empezado otro curso escolar y año tras año se les va haciendo más complicado. Poco a poco tendrán que ir entrando en materias más difíciles, a la vez que siguen necesitando sus ratos de ocio y diversión. Para que los niños rindan de forma adecuada en sus estudios, lo ideal sería que estuvieran unidos, en un mismo esfuerzo, la escuela, los padres y el propio niño. Pero no siempre sucede de este modo.
A nadie le resulta extraño ya que coexistan pizarras "analógicas" con pizarras digitales en las aulas de nuestros hijos. Estos últimos diez años la carrera tecnológica en el aula ha dado un acelerón enorme que ha hecho que dispositivos muy recientes como las calculadoras científicas o los disquetes de memoria nos parezcan ahora utensilios prehistóricos.
Los niños que duermen la siesta en el cole aprenden mucho más que los que no lo hacen. Esta es la conclusión a la que han llegado unos investigadores estadounidenses que han descubierto como la memoria del niño es capaz de retener, sellar y procesar toda la información que ha ido aprendiendo unas horas antes. Es como si cada cierto tiempo necesitaran un descanso para que todos esos nuevos conceptos queden grabados en su, todavía, virgen memoria.
Aunque depende de las zonas y comunidades de nuestro país, son muchos los escolares que todavía tienen jornada partida en el colegio, por lo que la hora de salida de la escuela es a las 5 de la tarde, una hora que resulta excesivamente tardía si la comparamos con el resto de países europeos cuya hora de finalización de la jornada escolar es, como mucho, a las 3 de la tarde.