Los Reyes Magos llegarán también para los mayores
La infancia es una de esas épocas maravillosas en las que todo es posible. La vida parece tener unos horizontes ilimitados donde la fantasía y la candidez son la razón de ser y el mundo se convierte, entonces, en un paisaje dorado lleno de dulces motivos para la alegría. Pero a medida que uno va creciendo, van desapareciendo ciertos ingredientes mágicos para acabar convirtiéndonos, generalmente, en unos adultos aplastados por la responsabilidad. Entonces dejamos de creer, de soñar y de mirar la vida con la inocencia que se merece.